Dicha orden recoge las fechas en las que habrá que adelantar y retrasar los relojes coincidiendo con los últimos fines de semana de marzo y octubre, al igual que en años anteriores.
Así, el reloj deberá adelantarse el próximo 26 de marzo y los días 25, 31, 29 y 28 del mismo mes durante los próximos cuatro años. En octubre, tocará retrasar la hora y se hará el día 29 de octubre de 2017 y los días 28, 27, 25 y 31 de los sucesivos cuatro años.
El cambio de horario ha sido criticado por los gobiernos de varias comunidades autónomas como Baleares y Valencia, donde los parlamentos autonómicos llegaron a aprobar una declaración institucional con motivo de la última adaptación al horario de invierno. En dicha declaración instaban al Gobierno central a abrir el debate social sobre el mantenimiento del horario de verano en el país ante los beneficios sociales y económicos que comportaría.
Asimismo, algunos partidos como PSOE y Ciudadanos defendieron el cambio del huso horario en el acuerdo alcanzado para la fallida investidura de Pedro Sánchez, al igual que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se mostró partidario cuando planteó jornadas de trabajo hasta las 18.00 horas.
El cambio horario obedece al cumplimiento de la Directiva Europea del Cambio de Hora que pretende favorecer el ahorro energético y la publicación del calendario con las fechas para hacerlo responde al cumplimiento de un Real Decreto de 2002 que obliga a hacerlo cada cinco años.
El cambio de hora en verano e invierno comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.