En declaraciones a Europa Press, el letrado de los encausados, Josep de Luis, ha aseverado que había motivos "más que suficientes" para que sus patrocinados fuesen absueltos (una sexta acusada sí lo ha sido al considerarse acreditado que no participó en la protesta).
Tras considerar que la sentencia no puede calificarse de "éxito", el abogado ha subrayado que el hecho de que inicialmente el Obispado de Mallorca, personado como acusación particular, solicitase inicialmente cuatro años de cárcel para los inculpados, posteriormente un año y medio y ahora hayan sido condenados a uno, puede considerarse una "victoria amarga".
En concreto, el tribunal de la Sección Segunda les considera autores de un delito contra la libertad religiosa. Durante su declaración en el juicio celebrado a finales de septiembre, los acusados aseguraron ante el tribunal que no sabían que se estaba celebrando ningún acto religioso en el edificio y que "en ningún caso" querían lesionar el derecho a la libertad de culto de ninguno de los allí presentes.