En el debate sobre el estado de la comunidad celebrado estos pasados días en el Parlament usted ha presentado sus propuestas para superar la crisis gravísima que nos ha provocado la pandemia asesina de la Covid-19. Propuestas que se enfrentan a la realidad cierta de tres escenarios: la salud, el apoyo social a los más desfavorecidos y la economía.
Por lo que se refiere a la salud, no hemos llegado a escuchar de su boca ningún reproche a la pésima gestión que se ha realizado sobre la mortal afectación de la pandemia en las residencias de la tercera edad. La mitad de las muertes provocadas en nuestra comunidad por el virus de la Covid-19 han tenido lugar allí, en los geriátricos. Esta realidad incuestionable debería hacerle reflexionar sobre qué hace aún sentada en su poltrona la consellera de Afers Socials de su Govern, la señora Fina Santiago,.
Tras destruir a su propio partido forzando la eliminación política de todos aquellos que le hacían sombra (Biel Barceló, Miquel Ensenyat…), ahora la señora Fina Santiago se escabulle de ser la verdadera responsable política de que la pandemia haya entrado en las residencias a costa de la vida de nuestros abuelos y abuelas.
Asimismo, tampoco la hemos oído a usted disertar sobre la terrible situación que padecen miles de conciudadanos nuestros sin ingresos económicos mínimos para sobrevivir y la realidad paralela destapada por la Operación Bucarets de la Policía Nacional. Una actuación policial que ha puesto negro sobre blanco que los fondos públicos destinados a ayudar a aquellos que más lo necesitan se van a engrosar los bolsillos de los delincuentes que se aprovechan de la falta absoluta de control que hay en nuestras administraciones para proteger el dinero que pagamos los ciudadanos a través de los impuestos. Un descontrol, además, del que también es protagonista la consellera Fina Santiago en su Conselleria d’Afers Socials, así como el alcalde de Palma, José Hila, ya que son sus dos instituciones las directamente afectadas.
Una Operación Bucarest que usted ha soslayado en el debate sobre el estado de la comunidad como también lo ha hecho en relación a la denuncia plateada por diversos organismos de que solamente el 5% de las subvenciones públicas a personas y colectivos necesitados finalmente llegan a quien lo necesita, siendo el resto un dinero que se pierde en burocracia, falsificaciones y entidades inexistentes.
Sobre la crisis económica también hemos lamentado no oír de su boca su compromiso de una apuesta potente y firme por la iniciativa privada que se ha ofrecido desde el primer momento para invertir con el objetivo de mantener vivas a las empresas, crear puestos de trabajo y activos a todos los sectores económicos y laborales de nuestra comunidad.
Ahí, presidenta, también hace falta algo más que encadenar una palabra detrás de la otra. Y es que, un botón como muestra, más de 6.000 expedientes paralizados en la Conselleria de Medi Ambient suponen millones de euros en inversiones privadas que la estulticia de su conseller Miquel Mir está restando a lo que salvaría muchos empleos.
Seguro que con el conseller Iago Negueruela esta realidad perniciosa de bloqueo institucional provocada por el conseller Mir ya habría sido solucionada. No le descubro con esto nada que usted no sepa ya.
Presidenta:
Hacen falta algo más que palabras para salir de la crisis. Hace falta que usted reaccione y desatranque los tapones que frenan el progreso económico de la sociedad a la que usted dirige. Y que sea valiente y remueva de sus puestos a los que paralizan las soluciones. Hace falta algo más y esperamos que usted lo haga.