El balear, finalista el año pasado y con una imagen en su vestimenta que recordaba a sus primeros años de esplendor con sus recordadas camisetas sin mangas, no dio opciones en el que era su primer partido oficial en más de dos meses.
Después de no poder jugar desde su abandono en las Finales de la ATP del mes de noviembre y centrarse más en afinar su físico, el número uno del mundo estrenó la temporada pasando a toda velocidad en la noche australiana de la Rod Laver Arena para citarse en la segunda ronda con el argentino Leonardo Mayer, al que ha ganado en sus cuatro enfrentamientos, con trabajo en el último, en el pasado US Open.
El 'manacorí' sólo cedió tres juegos en lo que fue un debut prometedor. Sin su versión más deslumbrante, Nadal arrolló a su veterano rival, al que nunca se había medido y al que apenas concedió alguna alegría salvo la de la rotura que le endosó en el segundo parcial para evitar el 'rosco'.
Fue la única concesión al servicio del tenista español, que sólo concedió 17 puntos con su saque y al que le faltó algo más de tino con su 'drive' desde el fondo de pista, ya que acumuló once errores no forzados en un encuentro cómodo y que le sirvió para ir cogiendo más ritmo.
En apenas 24 minutos, el primer cabeza de serie en Melbourne había solventado el primer parcial e iba por el mismo camino en el segundo cuando se topó con la mayor resistencia en todo el encuentro de su rival, que no quería encajar un 6-0.
Estrella levantó dos bolas de set y logró su único 'break' a su sexta oportunidad para alegría suya, de su 'box' y del público. No le sirvió de demasiado para alargar algo más el partido porque Nadal le endosó seis juegos seguidos y cerró el choque sin aspavientos.
What a lovely embrace at the net between the two competitors ???@RafaelNadal through to the second round! 6-1 6-1 6-1#AusOpen pic.twitter.com/ehPjzCes83
— #AusOpen (@AustralianOpen) 15 de enero de 2018