El resultado ante el Depor ha sido tremendamente exagerado para lo que dejaron ver ambos equipos. El Mallorca empezó mejor que el equipo coruñés al que quizás le despistaron un poco los cambios tácticos que se fueron produciendo en el equipo de Moreno. Pero el fútbol, sobre todo cuando las fuerzas están muy igualadas, es cuestión de pequeños detalles, y esta vez cayeron a favor del bando gallego. En primer lugar el gol de falta de Cartabia, que rompía la igualada de un partido que no había hecho intervenir prácticamente a ninguno de los guardametas; para mí ha sido un disparo magnífico pero ante una barrera prácticamente insignificante e inocua; y lo hemos pagado caro. A partir de ese momento parece que entramos en un estado un tanto de nervios y viene el segundo detalle importante, la expulsión de Pedraza, en una jugada en el centro del campo que aunque sin mala intención fue muy peligrosa. Estas dos acciones decantaron el desarrollo del encuentro y quizás el de la eliminatoria; veremos.
Comienza la segunda parte, y al estar con un jugador menos, lógicamente el equipo no puede lanzarse alegremente en búsqueda del empate, así que lo que se intenta es aguantar el resultado y salir vivos del encuentro; los deportivistas tampoco quieren volcarse claramente sobre el área de Reina pero sí que se nutría abundantemente de la falta de posesión de balón de los nuestros y a pesar de que no tenían oportunidades muy claras, en una de esas aproximaciones llegó el segundo gol; con polémica porque había dudas de si entró o no; creo que viéndolo repetido sí ha rebasado la línea de meta, pero la actuación no explicada del linier, irritó sobremanera a los nuestros, incluso al finalizar el partido, tanto jugadores como técnico estaban muy enojados. Desde mi punto de vista, aunque quizás pueda haber alguna duda en la forma de actuar, el árbitro acertó en las jugadas, así que creo que no hay que darle muchas más vueltas.
Como dice el título, sin tiempo para pensar, sin tiempo para lamentarse y casi sin tiempo para recuperarse, pero normalmente cuando pasan estas cosas la afición se vuelca aún más con su equipo y en un Son Moix que se llenará, estoy seguro que el guiso se puede cocinar; no será fácil pero tampoco hay que desesperarse; la pregunta que me haría sería ¿tenemos elementos de juicio para pensar que el Mallorca, jugando en casa, pueda ganar a cualquier equipo de la segunda división por 2 a 0?; creo que todos o casi todos respondemos que sí; no será fácil pero es posible.
El domingo a las 21 horas en Son Moix, lleno, el último partido de la temporada y quizás el último en segunda A; empujando todos hay un pelín más de opciones y este equipo se lo merece, así que a animar todo lo que uno pueda, pase lo que pase.