Nadal ha firmado una primera semana sensacional en París. Tres victorias, ceros sets cedidos y sensaciones al alza cada día. El de Manacor es un auténtico avión en esta fase de la temporada, pero mucho más en la capital francesa, donde alarga su idilio hasta cifras que son inalcanzables para cualquier humano.
Este sábado logró su victoria número 103 en 105 partidos en Roland Garros. No sólo es el máximo favorito -pese a que sea el tercer cabeza de serie- sino que es el dueño de un torneo que ha hecho suyo en los tres últimos lustros. Ante Norrie solventó bien los pocos apuros que tuvo y se mostró fuerte con el saque, el cual no entregó en todo el primer set.
Nadal quebró en el sexto juego, consolidó en el séptimo y estampó el primer 6-3 de la tarde en esta sesión que hizo las delicias del público parisino de la Suzanne Lenglen. En el segundo puso algo de emoción, también coloboró Norrie, y entre ambos firmaron cuatro pérdidas de servicio consecutivas. El manacorí enderezó a tiempo con otro 6-3 que le daba la tranquilidad de acariciar el triunfo.
Fue entonces cuando el vigente campeón de Roland Garros aplicó la misma receta que en la primera manga. Norrie -número 45 de la ATP- arriesgó más subiendo a la red y no estuvo certero en las embestidas del español. A partir del cuarto juego perdió la iniciativa y Nadal no falló. La victoria y el pase se cerró sin sobresaltos, confirmando que todo va sobre ruedas en París. El balear se une así a Alejandro Davidovich y Pablo Carreño en octavos de final.
Nadal, que acumula ocho victorias seguidas en tierra batida esta temporada, descansará este domingo y volverá a la acción en su enfrentamiento contra el joven italiano, de 19 años, Jannik Sinner, que también venció en su duelo de dieciseisavos por 3-0. En esta ocasión despachó al sueco Mikael Ymer por 6-1, 7-5 y 6-3.