El manacorí estuvo muy lejos del nivel habitual del rey de la tierra batida. Cedió 6-4 y 6-2 ante el italiano Fabio Fognini, que llegó a encadenar 9 juegos seguidos, que tuvo saque y 40-0 para meterle un ‘rosco’ en la segunda manga.
Nadal, a la defensiva, frenado, sin chispa. Y fue rotundo en su análisis al calificar esta cita como “mi peor partido en tierra de los últimos 14 años”, desde que entrara en la élite la primavera de 2005, cuando hizo su primer doblete Montecarlo-Godó.
“Es uno de esos días en los que no sale nada. En un día complicado y ante un rival duro como Fognini”, significó Nadal.
Halla una posible explicación a la acumulación de lesiones los últimos meses, centradas en el psoas ilíaco de la piernad derecha y en la rodilla derecha, especialmente. “Vengo de momentos bajos en términos de lesiones, y no es fácil mentalmente aceptar todas estas situaciones. Sé que he recuperado el 70% de mi juego, pero no estoy al 90-100%”. Lo que, apunta, crea cierta inestabilidad en su tenis, no se siente con el control en pista.
Reconoce haber perdido “una buena oportunidad”, ya que en la final espera un novato en finales de Masters 1000 ATP, el serbio Dusan Lajovic.