En la que supone sólo la segunda vez que Nadal y Millman se ven las caras en la pista de juego, el mallorquín dominó con potentes saques, acertados restos, y tiros a la línea de fondo que descolocaban a su rival, a la vez que supo aprovechar los puntos de rotura obtenidos.
Como es costumbre, a Nadal, que ha ganado el Abierto de Tenis de Estados Unidos en tres ocasiones, se le vio molesto con el agitado ambiente que se vive en el estadio de Arthur Ashe, donde el murmullo del público es constante y los asistentes no tienen prisa en tomar asiento tras cada pausa del partido.
Las exigencias de Nadal desembocaron en un leve incidente con la árbitro del partido, la sueca Louise Azemar Engzell, que llamó la atención al español por tardar demasiado en sacar al final del primer set, mientras estaba esperando precisamente a que el público se calmara.
Aún así, el de Manacor, que nunca ha caído en la primera ronda del Abierto de Estados Unidos, se mostró consistente en su juego, devolviendo el 80 % de las bolas lanzadas por Millman, número 60 de la ATP y que el año pasado, tras derrotar a Federer en cuarta ronda, llegó hasta los cuartos de final del torneo.
«Ha sido un 6-3 6-2 6-2, pero dos horas y diez minutos. Los puntos han sido duros, los movimientos de Millman son muy buenos. Ya mostró el año pasado lo que podía hacer cuando juega bien», apuntó Nadal, que dijo estar «en general contento» con su estreno en el Abierto de Estados Unidos de este año.
Tras el encuentro del martes, Nadal se enfrentará en segunda ronda con el también australiano Thanasi Kokkinakis, actualmente en el puesto 203 del ATP.
