El mallorquín ha jugado tres años cedido en el Burela Pescados Rubén, con el que ascendió a Primera División y con el que jugó 22 partidos en la pasada temporada, y ahora seguirá en Galicia pero en el proyecto que dirige y entrena Marlon Velasco, técnico vinculado al club durante muchos años. Pope tiene contrato con el Palma Futsal hasta 2.022 y el club quiere que siga acumulando minutos como profesional y que siga su crecimiento como jugador profesional.
Pope llegó a la élite con apenas 17 años y estuvo con el primer equipo durante dos temporadas antes de salir cedido a Segovia y Puertollano. Regresó a Palma para formar parte de la plantilla de la temporada 2.016/17 y se optó por una nueva cesión dado que con su juventud lo más recomendable era que siguiera jugando más minutos de los que podía tener en una plantilla del nivel que había adquirido el conjunto balear. El futbolista seguirá cedido un año más antes de regresar a las filas del conjunto isleño.
Uno de los grandes problemas en la formación de jugadores ha sido el bajo nivel del fútbol sala balear durante muchos años por la ausencia de equipos competitivos a cierto nivel, un contratiempo que el Palma Futsal ha querido afrontar apostando por tener un equipo juvenil en División de Honor y ascender a un filial que, ahora mismo, milita en la Segunda División B.
Ambos equipos han mejorado el nivel de los jugadores compitiendo cada fin de semana con equipos de la península, donde existía un nivel mayor, además de una apuesta firme por crear una buena base de equipos filiales y ayudar a muchos clubes para que los niños quieran jugar a fútbol sala y no abandonen este deporte por el fútbol, como pasaba años atrás.
Las cesiones de jugadores jóvenes con talento hace que puedan seguir su evolución y afronten esa etapa decisiva para dar el salto a ser profesionales aunque tengan que hacerlo lejos de casa como ha sido el caso de Pope.