Sorprendentemente también han aflorado los optimistas, los ilusionados, los mallorquinistas que nadan a contracorriente, prediciendo un futuro esperanzador. Pero realidad solo hay una. Y la que nos acompaña desde hace meses es la de un Mallorca en descenso. Que se quedó a 3 puntos y ya estaba "salvado" y que se ha vuelto a quedar a 4 y está otra vez sentenciado.
Centrémonos, que nos hace falta. Necesitamos un Señor Lobo por semana, alguien que nos analice el problema y nos dé solución. Aunque es probable que el problema ya no disponga de solución. Siendo sinceros, yo era uno de los que veía al Mallorca en Sagunto el año que viene, pero las dos victorias me hicieron creer que era posible. La leyenda de que no era necesario ganar en Valladolid si se ganaba lo de casa, se la debieron creer hasta los futbolistas. Es imprescindible ganar los 4 partidos que quedan, incluso con eso, no sabemos si será suficiente. Pero para aquellos que esperan a que el Mallorca se salve para tapar la boca de la prensa, de los que comentan y analizan los partidos, de los aficionados más pesimistas, ojalá la podáis tapar a gusto. Ojalá nos tapen la boca a todos y nos digan: "Lo veis, os dije que se salvaría". Ojalá.
Como han hecho todos los que creyeron en el Atlètic, todos los que a pesar de haber sido en la última jornada, siempre creyeron que se metería en playoff. Pues lo dicho, ojalá nos tapen la boca.