Nadal superó completamente a un Thiem que apenas llegó a entrar en el partido y sólo cuando el marcador era ya de 6-0 y 3-0 logró eludir ser quien estuviera al otro lado de la red en el primer triunfo de Nadal por 6-0 y 6-0. Cedió 12 bolas de break y apenas hizo seis puntos sobre el servicio de Nadal.
El partido no tuvo más historia que la superioridad del número 1 del mundo. Thiem se encontraba, a priori, en la situación de tener que arriesgar mucho con su saque dado que estaba ante el mejor restador del mundo. Con el agravante de que cada vez que tuviera que jugar con segundo servicio, el peligro de Nadal se multiplicaría.
A todo esto se sumaba un Nadal en el estado de forma que había mostrado anteBedene y Khachanov, su propio desgaste tras los duros encuentros jugados ante Rublev y Djokovic, y que Nadal comenzó en un partido de importancia psicológica marcando territorio: Llegando a todas las bolas y atacando siempre. Thiem no estuvo inspirado al saque y así el partido se convirtió en una demolición que no se interrumpió hasta que Thiem ganó su primer juego cuando Nadal estaba ya en riesgo de hacerse con la primera 'bicicleta' de su carrera.
El resultado de este encuentro es tanto más importante cuanto que Thiem es uno de los pocos jugadores que podrían plantear una competencia real a Nadal sobre tierra batida en estas condiciones. El año pasado Thiem le ganó en Roma y jugó frente a él, cayendo, en las finales del Godó y el Mutua Madrid Open. En las semifinales de Roland Garros 2017 Nadal le venció por 6-3, 6-4 y 6-0. Este año, con Djokovic renqueante aunque esforzándose por volver, Murray fuera de momento y los demás a gran distancia, Thiem podría ser alternativa. En este partido, al menos, ya se ha visto.