Este trío de elegidos lo completa, esta vez, Eliud Kipchoge y su histórica hazaña en Viena, con sus 'trampas' y sus misterios, pero bajar de las dos horas en maratón es un reto que el ser humano perseguía desde tiempo atrás.
Si Kipchoge está desafiando y explorando los límites del ser humano, Rafa Nadal va haciendo lo propio en cada pista de tenis que pisa. Él mismo ha explicado ya varias veces que si hace años le dicen que iba a tener un 2019 como este no se lo hubiera creído. Y es que cierra la temporada con dos nuevos Grande Slams (el 12º Roland Garros y el 5º US Open) para un total de 19, quedándose a tan solo uno de Roger Federer. Y además ha puesto la guinda en los meses finales con su histórica Copa Davis y cerrando la temporada como número uno del mundo.
Ha rivalizado con él Novak Djokovic al tiempo que se espera la consagración definitiva de esa 'next gen' que ya parece preparada para dar el paso. Mientras Tsitsipas, Medvedev, Zverev, Thiem, Khachanov y compañía van preparándose para las grandes citas, el tenista de Belgrado se ha llevado los otros dos grandes (Australian Open y Wimbledon) y tanto él como Nadal se plantarán en Melbourne en pocos días como grandes favoritos a llevarse el torneo.
Pero el deporte femenino ha tenido a una gran protagonista por encima del resto, la gimnasta estadounidense Simone Biles, cuya figura deslumbró a lo grande en Río 2016 y que parece estar dispuesta a hacer algo similar en Tokio 2020. Sus prestaciones en este 2019 han sido inigualables, regalando una actuación absolutamente descomunal y memorable en el Campeonato del Mundo de Stuttgart, del que se marchó como reina indiscutible con cinco medallas de oro.