Recibido con cariño por los presentes en la pista Pat Rafter Arena del Queensland Tennis Centre, Nadal y López, campeones olímpicos en Río 2016, cayeron en este compromiso de primera ronda por 6-4 y 6-4.
Fue lo de menos. Lo importante fue que, 347 días después de la última vez, Nadal volvió a sentirse jugador. A competir. A sonreír, a juguetear con las bolas entre punto y punto. A disfrutar. A acumular una hora y catorce minutos en pista.
Hubo incertidumbre, esperas eternas, especulaciones y sospechas de retirada ahora arrinconadas tras la vuelta a la actividad del jugador español de 37 años que ha regresado a las pistas para tomar horas de vuelo justo el día en el que se definió, además, su recorrido por el cuadro individual de Brisbane. Será ante el austríaco Dominic Thiem, otrora número tres del mundo y con el que ya ha jugado quince veces. Con el que se ejercitó días atrás en este mismo escenario igual que con el danés Holger Rune, principal favorito, o el británico Andy Murray.
Max Purcell y Jordan Thompson, campeones en Houston y finalistas en Atlanta este año, el primero dos veces finalista en Melbourne y campeón de Wimbledon en esta modalidad y el segundo ganador de este certamen en 2017 junto a Kokkinakis encarrilaron su victoria con una rotura en el sexto juego del primer set, con servicio de Nadal, que consolidaron para cerrar la manga (6-4). El segundo parcial mantuvo el equilibrio hasta el séptimo. El dueto local, que no cedió su saque durante todo el choque, hizo 'break' con Marc López al servicio. No hubo remontada del equipo español y cerraron el partido.
Purcell y Thompson jugarán en segunda ronda contra el croata Nikola Mektic y el francés Hugo Nys. Mientras, Nadal irá a lo suyo, centrado en el cuadro individual y su debut del martes, en un torneo que solo ha jugado una vez, en el 2017 y que no ganó, superado por el canadiense Milos Raonic en los cuartos de final.