“Queremos una victoria más y con la ilusión de mantenernos en la parte alta de la tabla el máximo tiempo posible, metiendo presión a los otros equipos y yo creo que es una oportunidad muy buena para estar unos días más arriba y disfrutar en la parte alta de la tabla” reconoce Marcos Dreyer, que asegura que “ahora estamos estando afianzar el juego que hemos mostrado por momentos. Yo ahora quiero tener más seguridad. Este equipo ha dado, por momentos, un nivel de juego muy alto. Tuvimos en pretemporada un nivel de juego que es ilusionante pero tenemos que demostrar que esto es real y que el día que estamos mal jugamos a un ochenta por ciento, no podemos bajar a un cuarenta como hemos hecho en algunos juegos. Quiero solidez, creerme que esto es real, que lo podemos hacer varias veces y ahora es más difícil dar esos pasos. Hay cosas que hay que arreglar, hay cosas difíciles y cuanto más alto es el nivel, más alta es la exigencia”.
Sobre el rival de este fin de semana, Marcos Dreyer asegura que “el partido de Almoradí es muy incómodo para nosotros, ellos estarán cómodos por la falta de presión. Es un partido más difícil de jugar que otros porque nada justificaría un mal día nuestro y hacemos un esfuerzo mental grande para rendir al nivel de la expectativa que estamos generando” y añade que “aquí van a estar cómodos porque saben lo que quieren, no tienen presión ninguna, su entrenador ya ha dicho que quiere probar cosas y todo esto es muy peligroso. Cualquier equipo de esta liga te la puede liar dos jugadores si tienen su día. Ellos tienen algún jugador que te la pueden liar”. El técnico se muestra “contento de volver a jugar en casa y con público ante un equipo que tiene una victoria importante en la pista del Barça, igual que nosotros, y que es de los equipos que sabe lo que quiere. En el pasado peleó por mantenerse en la Superliga y este año juegan sabiendo lo que tienen que hacer desde la primera jornada, no tienen otra ilusión que no sea ésta y es un equipo peligroso porque sabe lo que quiere. Tiene jugadores que marcan la diferencia como es Pedro García, jugador atípico que es único y nos complica la marca”.
Uno de los aspectos que rodea el deporte, como el resto de aspectos de la vida, son los positivos por coronavirus y que siguen amenazando la competición. Sobre este asunto, Dreyer asegura que “yo estoy encantado con que podamos jugar en el pabellón pero me da miedo toda la situación de posibles positivos. Es un problema serio. No se puede parar. Yo soy de la idea que aunque me toquen positivos en el equipo se tiene que jugar. Si tengo un positivo en el equipo, ese no juega y se debe jugar aunque mi equipo pierda ese partido. Nosotros tenemos la ventaja de tener un deporte sin contacto. Creo que no se debería parar. En balonmano se aplazan partido y ya tienen lío. Mi idea es que se tiene que jugar si se puede y si pierdes, pierdes, porque nos jugamos todos mucho. Un calendario descompensado no es bueno para la Superliga”.