“Nada que objetar al rival, al árbitro ni a mi equipo, del cual estoy orgullosísimo. En el fútbol profesional se ha visto trayectorias distintas a la vuelta a la competición, llevamos meses sin jugar".

"He dirigido mi último partido como entrenador del Baleares. Ha sido una experiencia extraordinaria, he vivido muchas veces estas eliminatorias y me da pena por la afición, los jugadores, gente del club, me da pena por ellos, por la gente balearica. Cuanto más cerca estamos de la ilusión, la leche es mayor".

Tenía claro que me iba a ir, el primer año el equipo estaba en Tercera y después lo que se había generado tras ganar dos ligas y que si empatábamos ya se había generado el debate que no éramos los de antes y ya le había dicho hace tiempo a Patrick que no seguía. Antes de la pandemia se lo dije, no por nada sino porque quiero estar dos años y medios y tener la sensación de que venga el siguiente y lo mejore porque soy un balearico aficionado más”.