"La línea general es intentar mantener a los mejores de la plantilla y dar prioridad a la parte deportiva. No queremos que la gente salga, y si hay salidas es por una cantidad importante dinero o por la cláusula de rescisión".
"Cogimos un club que perdía 8 millones de euros al año y el primer año lo bajamos a 4’2. El año en Segunda B lo bajamos a 4’1 y con 6 millones de euros menos por TV. Los dueños sabían dónde venían. Es una cuestión de tiempo y creo que el camino es el correcto"·
"El Consejo de Administración aprueba los sueldos de la gente. Hay dos maneras de llevarlo una con personal propio o con personal externo".
"Si no queremos perder dinero había que vender futbolistas en Segunda B, como Raillo o Lago Junior, y la propiedad lo asumió. Los dueños son conscientes, y cada verano se viaja para que se apruebe el presupuesto de la temporada. Tenemos una Ciudad Deportiva y un estadio de Primera. Son costes que hay que asumir y se sabe lo que cuesta".
"La propiedad no ha dado indicios de estar preocupados por el tema económico. No queremos vender a los jugadores más importantes, pero también es evidente que hay que mejorar las cifras".