Ya son varios lo que dirigen sus críticas hacia la figura del entrenador, y es que el juego que está llevando a cabo su equipo les ha llevado a ocupar una zona complicada en la clasificación.
Los datos que ha presentado el Real Mallorca hasta la fecha de cara al presente y futuro no son, a priori, los más esperanzadores. Sólo una estadística refleja la situación actual. De los diez últimos partidos disputados, el saldo es muy negativo ya que se han sumado ocho derrotas.
Que el equipo no funciona es un hecho tangible, y que tan sólo Muriqi, único de los refuerzos que llegaron en el mercado de invierno da buenas sensaciones, también lo es. El problema es que ahora jugando sólo en punta ya no destaca como antes, y podríamos hablar de otros jugadores que no están dando la talla que de ellos se esperaba.
A tenor de todas estas situaciones que hemos expuesto. Lo más fácil sería el cese del técnico, decisión que no creo que sea actualmente la solución. Eso sí, el míster deberá poner orden en sus filas, conseguir mayor acoplamiento y recuperar a un equipo que un día funciona y al siguiente pierde totalmente la concentración.
Tiempo hay para cambiar. Español y Getafe serán la clave de la posible recuperación. De no ser así, sí que habrá que pensar en dar un golpe de timón a este equipo. Y ya se pueden ustedes imaginar en qué consistiría.