Según la LNFS, las sanciones a clubes de Primera y Segunda división por publicitar cualquier signo distintivo suyo «atentan contra el derecho al patrimonio a las personas jurídicas y están privando a los asociados de cumplir con importantes acuerdos comerciales, legalmente suscritos con entidades que cumplen el reglamento jurídico con el consiguiente menoscabo financiero en una delicada coyuntura económica».
La LNFS señaló en un comunicado que los que equipos que formar parte de la misma «poseen un acuerdo comercial con su Asociación, que incluye la colocación y exhibición de logos identificativos en diferentes soportes publicitarios durante la celebración de sus partidos oficiales». «La RFEF ha orquestado una campaña de persecución y hostigamiento obscena, utilizando de manera torticera y espuria al colectivo arbitral y a los comités federativos para sancionar a los clubes, con la única finalidad de amedrentarles y extorsionarles», aseguró.
El organismo que preside Javier Lozano añadió que la RFEF «no ha conseguido quebrar la unidad y el sentimiento de pertenencia de los clubes de la LNFS» y sostuvo que «con sus lamentables acciones demuestra una obsesión enfermiza por destruir la Liga Nacional de Fútbol Sala y un legado histórico de 33 años». «Este reiterado comportamiento es inadmisible e impropio de una institución como la RFEF, más preocupada en dinamitar la voluntad y el patrimonio de los clubes asociados atacando de manera permanente a la Liga Nacional de Fútbol Sala y a la figura de su presidente, Javier Lozano, en lugar de centrar todos sus esfuerzos en velar por los intereses de una competición, que bajo su organización está sufriendo serios contratiempos organizativos que merman notablemente su credibilidad y visibilidad, frente al ingente trabajo desarrollado por la LNFS para convertir al Fútbol Sala en un deporte profesional», agregó.