"Estoy muy contento, hoy no me ha dolido la rodilla y espero que todo siga así, que ya esté recuperado al cien por cien". Lo suyo no era un debut pero casi, sobre todo después de subir a una montaña rusa de emociones tras el acenso a Segunda y la lesión del verano. Del éxtasis de Anduva a no poder saborear el premio conseguido. Ayer, Son Moix le dedicó una ovación en su regreso a casa: "Son muchas emociones, el último partido aquí fue el del playoff y siempre estoy contento de jugar en Son Moix, que es mi casa". "Soy muy feliz", zanjó con una sonrisa el porrerenc.
Sastre también asume el reto calcando las palabras de su compañero de equipo: "Siempre estoy preparado para la competitividad, para darlo todo en los entrenamientos y en los partidos y luego el míster decidirá".