Bagnaia dominó prácticamente desde que se apagó el semáforo rojo y el ocho veces campeón del mundo se puso pegado a su rebufo durante toda la carrera, esperando su momento para intentar sumar el segundo triunfo de la temporada, que llegó en unas espectaculares tres últimas vueltas.
El italiano supo mantenerse firme al frente de la carrera, como también Márquez tras su estela, para no perder el contacto con su rival y no cometer los mismos errores que le hicieron caer por exceso de «ansiedad» en la primera vuelta de Silverstone.
Por detrás de ellos se instalaban el australiano Jack Miller (Ducati Desmosedici GP21) y los españoles Aleix Espargaró (Aprilia RS-GP), Joan Mir y Jorge Martín.
Bagnaia y Márquez mantuvieron un duelo a ritmo de vuelta rápida de carrera que les permitió conseguir algunos metros de ventaja sobre sus inmediatos perseguidores rápidamente, el australiano Jack Miller y el español Aleix Espargaró, a quienes se pegó el campeón del mundo Joan Mir (Suzuki GSX RR), que en la duodécima vuelta superó a Aleix Espargaró para ponerse -y acabar- tercero.
A menos de tres giros del final, en la curva cinco Márquez intentó superar al italiano, pero éste se la devolvió enseguida y el «rifirrafe» entre ambos continuó hasta la curva quince, en donde lo volvió a intentar el español y su rival se la devolvió otra vez.
Comenzó una nueva vuelta y nuevos intentos en los mismos puntos del piloto de Repsol Honda, sin que ninguno de los dos cediese un milímetro al rival, lo que les llevó hasta la última, en la que Marc Márquez lo intentó a final de recta, también en la cinco y todavía entre las curvas ocho y nueve, en donde su exceso de fogosidad le obligó a salirse de pista para no ir al suelo.
Ahí se forjó definitivamente el triunfo de Bagnaia ante un Marc Márquez prácticamente igual al de 2019, que nunca dio su brazo a torcer y peleó hasta el final por una segunda victoria de la temporada que se le resistió.