Estas medallas las añade al bronce que conquistó el pasado martes en la final de los 50 espalda y que confirman la explosión definitiva de un nadador que dejó muestras del inmenso talento que atesora desde su etapa júnior.
Pero a diferencia de otras estrellas como el ruso Kliment Kolesnikov o el húngaro Kristof Milak, que pasaron inmediatamente de dominar la etapa júnior a copar los podios de las grandes competiciones internacionales, el nadador español ha necesitado un mayor tiempo de maduración.
Cuatro años han pasado desde que Hugo González se dio a conocer al mundo con 18 años, tras colgarse cuatro medallas, tres oros y una plata, en los Mundiales disputados en 2017 en Indianápolis.
Un tiempo en el que ha pasado de entrenarse en España a trabajar en los Estados Unidos, donde compite con los “Bears” de la Universidad de California. El cambio ha dado sus frutos en estos Europeos de Budapest, en los que Hugo González se ha convertido en una de sus máximas estrellas por gestas como la protagonizada este jueves.
En apenas una hora, el nadador nacido en Palma, aunque formado a caballo entre Murcia y Madrid, pasó de colgarse la medalla de plata en los 100 espalda, tras verse superado por tan sólo 2 centésimas por el rumano Robert Glinta, a proclamarse campeón de Europa en la final de los 200 estilos.
Hugo González no sólo tuvo que sobreponerse a la fatiga acumulada, sino a la presencia de algunos de los mejores nadadores del mundo, como el suizo Jeremy Desplanches, el británico Duncan Scott o el legendario húngaro Laszlo Cesh.
Pero nadie pudo contener el explosivo final del español, que se colgó el oro con un tiempo de 1:56.76 por delante del suizo Desplanches, plata con 1:56.95, y del italiano Alberto Razzetti, bronce con un crono de 1:57.25 minutos.
Hugo González no sólo rebajó en 1.27 segundos su anterior plusmarca nacional, sino que se situó en la tercera plaza de la clasificación mundial del año a menos de dos meses de la cita olímpica. Todo un aviso para Tokio.
Si las medallas de Hugo González sirvieron para escenificar la consagración de una nueva generación de nadadores, la húngara Katinka Hosszu y la italiana Federica Pellegrini demostraron que las veteranas aún están dispuestas a dar mucha guerra.
Y eso que ni Hosszu, que tuvo que conformarse con la medalla de plata en los 200 mariposa por detrás de su compatriota Boglarka Kapas, ni Pellegrini, segunda en la final de los 200 libre, tras verse superada por la checa Barbora Seemanova, pudieron ganar. Ese revés no impedirá ni a la húngara ni a la italiana pelear por el oro en los próximos Juegos Olímpicos de Tokio, el gran objetivo del curso tanto para Hosszu como para Pellegrini.
En la cita olímpica partirá como el gran favorito a la victoria en la prueba de los 200 braza el ruso Anton Chupkov, vigente campeón del mundo y plusmarquista universal, que este jueves revalidó su título continental, tras imponerse con un tiempo de 2:06.99 al neerlandés Arno Kaminga, plata.
El británico Adam Peaty, otro de los grandes nombres propios de la natación mundial, contribuyó al triunfo de Gran Bretaña en la prueba del relevo 4x100 estilos mixto.
El cuarteto británico, que estableció un nuevo récord de Europa con un tiempo de 3:38.82, se impuso a los Países Bajos, plata con una marca de 3:41.28, y a Italia, que se colgó el bronce con un crono de 3:42.30.