Para el siguiente curso, el de 1964/65, el presidente Barón de Vidal confió el difícil reto al técnico Juan Ramón. Internacional en su época como futbolista, el valenciano aterrizaba en la isla con el ascenso conseguido con el Sabadell como tarjeta de presentación. Durante el verano, llegaron hasta diez nuevas incorporaciones. Entre ellas, el guardameta Vicente Train, procedente del Real Madrid.
Por contra, club traspasó al buque insignia, el delantero Pepillo, al Málaga además de otros dos puntales, el pobler Julià Mir y el uruguayo Ignacio Bergara, al Elche y RCD Español (con "ñ" por motivos obvios), respectivamente. Pese a ello, los barralets acabaron el primer tramo de competición como campeones de invierno.
Tras perder con estrépito ante el Calvo Sotelo en el cierre de la primera vuelta (3-0), los nuestros volvieron a caer goleados por el mismo marcador en el primer encuentro de la segunda en Algeciras (3-0). Entonces, el máximo dirigente bermellón decidió cesar a toda su junta directiva debido a un tema relacionado con las comisiones que recibieron los miembros y cuya responsabilidad asumió el propio Barón de Vidal. Desde ese momento, la Junta Consultiva ejerció como la Directiva. Poco después, y por petición expresa del plantel, Juan Ramón era destituido. En su lugar, llegó César Rodríguez, el que hasta la aparición de Messi y debido al olvido del filipino Paulino Alcántara, era el máximo goleador de la historia del FC Barcelona.
A falta de cinco jornadas para acabar el torneo, los barralets recibieron la visita de su más inmediato perseguidor, el Málaga de Pepillo, en el Luis Sitjar. El choque acabó en tablas (1-1) lo que permitió mantener la distancia con los malacitanos en la clasificación. Después llegaron los triunfos ante el Abarán murciano (0-3) y en Palma frente al Mestalla (1-0) antes de afrontar el 11 de abril de 1965 la penúltima cita en Melilla. Un punto era suficiente para alcanzar el hito. Y los bermellones no fallaron, ganando en el Álvarez Claro con un tempranero y solitario gol anotado en propia puerta por Cruz tras una falta botada por Amador que contó con la inestimable colaboración del viento, que soplaba con fuerza. Luego, Bolao evitó sobre la misma línea el empate de Yanko.
ALINEACIONES:
MELILLA (0): Pistón, Ormaza, Ramos, Herrero, Cruz, Munuce, Barraquero, Juanirri, Yanko, Arsenio y Agua.
RCD MALLORCA (1): Vicente, Doro, Bolao, Sans, Amorós, Forteza, Morón, Amador, Bergara, Sampedro y Sánchez.
COLEGIADO: Sr. Villena
GOL: 0-1 Cruz en propia puerta (min 5)
El último partido de Liga, disputado en el antiguo Es Fortí ante el Calvo Sotelo (2-1), sirvió para homenajear a los héroes del segundo ascenso a la máxima categoría. Destacar la labor del cancerbero Vicente, que tan sólo encajó 23 dianas en 28 encuentros (no disputó los dos primeros), y del uruguayo Danny Bergara, único extranjero del equipo junto al argentino Aramendi y máximo goleador del equipo igualado con Sampedro (anotaron siete tantos cada uno). Tampoco olvidar a Bolao y Joan Forteza. Y es que ambos repitieron el éxito logrado por primera vez cinco años antes en el Estadio de Vallejo.
La temporada no pudo acabar mejor puesto que el 1 y 8 de mayo, superamos al Pontevedra, nuestro homónimo en el grupo I de Segunda División, en la final de campeones por el título oficioso (que no oficial) de la categoría merced a un global de 3-2. En la ida, los gallegos se impusieron por 2-0 en el Municipal de Pasarón. En la vuelta, alcanzamos la gloria en el Sitjar con una remontada histórica (3-0).
pd: cabe recordar que tres lustros antes, en febrero de 1951, la plantilla, cuerpo técnico y dirigentes de la Unión Deportiva Melilla sufrió un accidente cuando se dirigía por carretera hasta Alicante para embarcar hasta Mallorca, donde tenía previsto medirse a nuestro equipo en un partido correspondiente al campeonato liguero. Lamentablemente, el autobús colisionó con un camión a la altura del pueblo de Loja (Granada). Un siniestro que les costó la vida a dos jugadores (Martín y Mamblona) y al masajista Manolo Salvador.