«Todo el mundo está sufriendo en este momento y todos aprecian el hecho de que las cosas no podían seguir como antes. Analizamos cómo podríamos mitigar el daño financiero al club y la clave es que no dañamos la armonía (en la entidad balear). La palabra ‘solidaridad' apareció mucho en las conversaciones”, reconoce Le Soux en unas declaraciones recogidas por el club bermellón.
El Mallorca reanudará LaLiga recibiendo al FC Barcelona, líder del campeonato en la jornada 28, en un estadio Son Moix vacío, sin publico en las gradas, con el objetivo de sumar los tres puntos en juego para escapar de la zona de descenso.
«Haremos todo lo posible para asegurarnos mantenernos conectados con los aficionados, incluso si no pueden venir al estadio», subraya el directivo, refiriéndose a un duelo entre mallorquinistas y azulgranas que siempre ha acaparado la máxima expectación en la isla.
Y añade: «Siempre he creído que el fútbol ha estado en el corazón de la comunidad y la conexión entre el club de fútbol y su comunidad es absolutamente vital. No somos diferentes en Mallorca y creo que, de alguna manera, estar en una isla con una identidad y valor de comunidad muy fuertes, creo que es aún más vital que el club forme parte de esa identidad».
Le Soux explica, asimismo, que el objetivo «en términos financieros es intentar gestionar bien los recursos en lo que resta de temporada», y destaca que, pese a la crisis generada por la COVID-19, han sido capaces de «sobrellevar bien los grandes cambios que se han producido».
«Vamos necesitar a todos los estamentos del club, no solo a las personas que trabajan para el Mallorca, sino a toda la gente que apoya a nuestro club; trabajaremos tan duro como podamos para lograr nuestros objetivos”, precisa Graeme Le Soux.