Europa ganó, tanto en la competición inaugural de 2017 en Praga, como el año pasado en Chicago, y el conjunto capitaneado por Bjorn Borg parte en principio con muchas opciones de repetir la victoria en un torneo que desde este año es forma parte del ATP Tour, aunque seguirá sin dar puntos de ránking a los participantes.
A Federer, y Nadal, que no participó el pasado año por lesión, les acompañan en el combinado europeo el austríaco Dominic Thiem, el alemán Alexander Zverev, y dos debutantes, el griego Stefanos Tsitsipas y el italiano Fabio Fognini.
La selección del resto del mundo, dirigida por el eterno rival y viejo amigo de Borg, John McEnroe, está encabezada por el estadounidense John Isner, quien como su compatriota Jack Sock y el australiano Nick Kyrgios, también presentes en Ginebra, no ha fallado a ninguna de las tres citas con el torneo.
Debutan en cambio junto a ese trío el canadiense Milos Raonic y el estadounidense Taylor Fritz, mientras que otro tenista de Canadá, Denis Shapovalov, regresa a este duelo Europa-Mundo después de haber participado en la primera edición de Praga.
Atendiendo al ránking ATP, el favoritismo de Europa es absoluto, si se tiene en cuenta que el peor situado en esa lista por parte del equipo europeo (Fognini, 11º) está por encima del mejor de la selección rival (Isner, 20º), aunque al final de temporada las fuerzas de muchos están justas y los números no cuentan tanto.
Los partidos a tres sets, que se disputan hasta el domingo en el Palacio de Exposiciones (Palexpo) de Ginebra, una instalación para 17.000 espectadores junto al aeropuerto local, se inician este viernes con un duelo entre Thiem y Shapovalov, al que seguirán los enfrentamientos Sock-Fognini y Tsitsipas-Fritz.
El último partido de la jornada, el de de dobles, medirá a la pareja formada por Federer y Zverev con el dueto Sock-Shapovalov, por lo que Nadal será el único europeo que no disputará partidos este viernes, y esperará a su debut el sábado con un contrincante aún no decidido en sorteo.
El torneo, inspirado en la Copa Ryder de golf, sigue un peculiar sistema de puntuación en el que los partidos ganados en la primera jornada valen un punto, los de la segunda dos, y tres en la tercera y última, cuando se declarará ganador el equipo que alcance o supere los 13 puntos, tras nueve partidos individuales y tres de dobles.
La Copa Laver servirá para ver de nuevo a Nadal después de su victoria en el US Open, que le dio el 19º Grand Slam de su carrera, y quizá en sus últimos partidos oficiales antes de su boda con Francisca Perelló, el 19 de octubre en Pollença (Mallorca), a menos que en la semana previa al enlace acuda al Masters 1000 de Shanghái, todavía sin confirmar.
Él y Federer, compartiendo equipo, «aparcan» por unos días la competición -no oficial pero sí presente en la mente de muchos aficionados- por ver quién es el mejor tenista de todos los tiempos, dado que el suizo sólo tiene un Grand Slam más que el español, sin olvidar que el serbio Novak Djokovic también acecha con 16 títulos.
Bautizado en honor de la leyenda del tenis australiano Rod Laver, quien será espectador de lujo en Ginebra, el torneo Europa-Resto del Mundo tiene entre los socios organizadores y patrocinadores al propio Federer, que ha conseguido en esta edición llevar la competición a su propia casa.