El equipo español no supo digerir bien la derrota en semifinales ante Grecia, contundente y sin paliativos, y eso supuso una ‘indigestión’ en su juego ante los franceses, que salieron mucho más decididos a por el encuentro. Fruto de ello, fue que España se fuera al descanso con un claro 39-25 en contra, catorce puntos abajo que resumían la diferencia mostrada en el Haraklion Arena de Creta.
En la segunda mitad, los jugadores dirigidos por Ibon Navarro se entonaron más al inicio de la segunda mitad. Por momentos recordaron al equipo que se plantó invicto y con mucho carácter en las semifinales. Pero tampoco es que durase mucho esos momentos brillantes. eso sí sirvió para soñar en algunos momentos con la remontada. Al menos hicieron concebir esperanzas de poder luchar por el bronce a falta de un cuarto, con nueve abajo (47-56).
Pero, había que volver a contar con los franceses que en los últimos diez minutos volvieron a mostrarse superiores, logrando a falta de dos minutos para el final elevar su ventaja a los 16 puntos (56-72). Al final, los malos porcentajes de tiros (un 30%), al igual que ocurrió ante los griegos, impidieron a España aspirar a mucho más. Algo que si parecía que podría haber sido en gran parte del torneo.
