España, que el sábado debutó con una victoria ante la República Checa por 32-15, sufrió para superar al cuadro magiar en su segundo compromiso en el Europeo.
Los de Jordi Ribera fueron siempre por delante en el marcador, con ventajas de entre dos y tres goles, que se reducían repetidamente, hasta el 26-25 a un minuto del final. Pero en la última posesión sacaron petroleo, rompieron una amenaza de pasivo forzando una exclusión y en superioridad marcaron libre de marcaje el tanto que asegura un triunfo necesario. Además, coincidió con el empate derrota de Alemania con Eslovenia en el grupo C (25-25), lo que puede beneficiar a España de cara a la segunda fase.