Lo que un día soñamos hoy lo hemos logrado como reza el himno de la Selección en este Mundial. La voz de Elena Farga ha retumbado esta tarde de viernes en Wellington justo después de que Mariona Caldentey tomase aire y ejecutase a la perfección el penalti más importante en la historia del fútbol femenino español y minutos más tarde en una prórroga memorable que nos coloca entre las cuatro mejores selecciones del planeta.
Todo en un día histórico en el que el seleccionador optaba de inicio por repetir el mismo once que el lunes goleaba a Suiza en octavos con el único cambio de Mariona por Salma en el extremo izquierdo.
España salía decidida a imponer su hegemonía con el balón y batallaba por vencer el minipartido del mediocampo ante una Países Bajos incapaz de contrarrestar la fluida circulación de la pelota del equipo de todos.
Al desborde y la capacidad asociativa de las jugadoras de la Selección se le unían pinceladas de magia como la de Jenni Hermoso para completar una primorosa pared con Esther González que a punto estaba de inaugurar el marcador a los cuatro minutos.
Trece después llegaba la gran oportunidad para España de todo el primer acto con un cabezazo de Alba Redondo a centro medido de Mariona que la guardameta Van Domselaar desviaba a su poste derecho, justo donde volvía a estrellarse el consiguiente disparo de la atacante manchega.
Las neerlandesas lo intentaban con balones adelantados hacia la aislada Lineth Beerensteyn y no ponían en aprietos a Cata Coll hasta cerca de la media hora en un balón que no llegaba a peinar Lieke Martens.
El gol iba a encontrarlo España en una combinación entre Ona Batlle con asistencia de Alba Redondo y remate de Esther González, que desde la sala VOR era invalidado por milimétrico fuera de juego de la delantera huescarina.
Con dominio, pero sin premio nos íbamos a vestuarios y tras la reanudación se mantenía la tónica del encuentro con Esther González rozando pronto la diana con un disparo ajustado desde fuera del área.
España totalizaba trece llegadas a portería por una de las neerlandesas, pero Países Bajos encontraría un resquicio en la defensa de la Selección en una pelota sobre Beerensteyn quien, al contacto con Irene Paredes, se iba al suelo provocando un penalti que quedaría invalidado a instancias de la árbitra asistente de vídeo.
Entonces llegaba el momento clave con la entrada por la derecha a Salma Paralluelo, quien, a diez minutos de la conclusión se internaba por ese costado para poner un centro desviado con la mano por Van der Gragt.
A Mariona Caldentey le correspondía la responsabilidad de llevar todo un país pegado a su pie, pero la mallorquina no fallaba para desnivelar el electrónico.
Restaban diez minutos además de un alargue dilatado y en el que Países Bajos se la iba a jugar con premio y redención en la figura de Van der Gragt, quien, en tiempo de prolongación, empataba y llevaba la eliminatoria a la prórroga.
En el suplementario aparecía la figura de la capitana Ivana Andrés para salvar un gol cantado, que más tarde Jenni Hermoso intentaba de cabeza.
El seleccionador daba entrada a Olga Carmona, Eva Navarro y Alexia Putellas para mantener el dominio en el juego, con las neerlandesas fiadas a la velocidad de la incisiva Beerensteyn, quien estaba cerca de marcar en la segunda parte de la prórroga.
La eliminatoria era una ruleta rusa y tras otra intentona de Beerensteyn, Salma Paralluelo iba a vaciar toda la pólvora de su cargador en una acción repleta de fuerza y desborde por la derecha que la aragonesa culminaba con un zurdazo a los 111 minutos que le equipara al de Andrés Iniesta también frente a Países Bajos en Johannesburgo.
Japón o Suecia esperan ya el martes en semifinales a este irrepetible grupo de jugadoras. La historia, como canta Elena Farga, está por llegar y ellas son ahora quienes la escriben con su fútbol.
