El tanto de la delantera sudafricana Thembi Kgatlana hizo pensar en los peores presagios para el equipo de Jorge Vilda, que tuvo unos primeros cuarenta y cinco minutos muy pobres. Los nervios y la presión de saberse un equipo con opciones a soñar en este Mundial, hicieron que la Roja saliera indecisa ante el cuadro africano.
Una sensación que aumentó tras el gol de Kgatlana, que incrementó la desconfianza en las españolas, que intentaron volcarse ante el área sudafricano, pero sin ideas ni convicción.
El paso por los vestuarios fue clave en el cambio de imagen de las de Vilda. España salió a por todas, dejó los nervios en la caseta y metió presión al rival, que ahora si que se vio agobiado en defensa, incapaz de parar las acometidas del equipo español.
El primer tanto, penalti transformado por Jenni Hermoso en el minuto 70, supuso un punto de calma y un plus de energía para España, porque hasta entonces se había llegado pero sin éxito, y el tiempo corría a marchas aceleradas. Luego vino el segundo penalti para ponerse por delante y la expulsión de Nothando Vilakazi.
España ya se sacó todos los nervios, toda esa presión acumulada, tras el pasado Mundial y la Eurocopa, para que Lucía García pusiera la guinda con el tercer tanto español.