En un partido como hacía tiempo que no se vivía en Son Moix, el Real Mallorca se clasificó para los cuartos de final de la Copa del Rey. El equipo de Luis García fue mejor en todo momento que el Espanyol, y sólo algunos despistes en defensa permitieron a los de Vicente Moreno seguir vivos en la contienda.
Luis García otorgó la manija del partido a la vieja guardia, con excepción de Manolo Reina, y estos no le fallaron. Salva Sevilla, acompañado por un gran Galarreta, movió bien al equipo en el centro del campo y Dani Rodríguez volvió a ser el futbolista desequilibrante y diferencial en la zona medular.
Los primeros minutos fueron de tanteo hasta que el Mallorca le imprimió un mayor ritmo y el partido poco a poco se fue inclinando hacia la portería de Diego López. El primer gol del partido llegaría con una falta magistralmente lanzada por Take Kubo. El futbolista japonés poco a poco va recuperando su mejor versión tras la lesión, y ante el Espanyol marcaba el gol que otorgaba ventaja a su equipo antes del descanso.
Ya en la segunda mitad, el Mallorca salió a por el gol de la sentencia y durante los primeros 15 minutos lanzó cinco saques de esquina. En el último de la serie, Salva Sevilla colocaba el esférico en la testa de Abdón y el de Artà no perdonaba enviando el esférico al fondo de la portería visitante.
Un minuto más tarde en el 62, el Espanyol recortaba distancias en el marcador con una jugada de estrategia. Puado no perdonaba y ponía inquietud en la parroquia mallorquinista hasta el final. El Real Mallorca supo aguantar bien las embestidas visitantes y clasificarse para los cuartos de final de la Copa del Rey.