Le costó entrar en el partido a la segunda versión del Real Madrid ante un Numancia que no se amilanó y que fue mejor que su rival en el primer cuarto de hora.
Celta y Barcelona aplazaron hasta la próxima semana en el Camp Nou el desenlace de la eliminatoria de los octavos de final de la Copa del Rey después de empatar (1-1) en Balaídos, en un encuentro en el que el conjunto catalán, con muchas novedades en su equipo titular, solo fue superior en la segunda mitad.
Juan Carlos Unzué, entrenador céltico, trazó el partido con toda su artillería; el único no habitual fue el portero Sergio. Más revolucionario fue Ernesto Valverde: colocó al joven Arnáiz como delantero centro, rodeado por Aleix Vidal, Denis Suárez y André Gomes. Sin Messi, Luis Suárez e Iniesta, y alertado de la idea del Celta de buscar la posesión de la pelota, metió músculo para afrontar el encuentro.