La salida del Real Madrid no fue buena y el quinteto alternativo que puso Pablo Laso de inicio no cumplió con lo previsto en el plan de partido, toda vez que el CSKA finalizó el primer cuarto con 30 puntos en su haber cuando se había hablado de cerrar el aro.
Cory Higgins fue la pesadilla inicial del equipo español. La defensa de Jeffery Taylor no surtió efecto alguno y el jugador estadounidense anotó 10 de los 13 primeros puntos de los rusos.
El Madrid comenzó a acusar cierta ansiedad en ataque ante la falta de un juego fluido por problemas de circulación del balón. Si a esto le unimos el 1 de 7 en triples, el 5 de 10 en tiros libres y los 5 rebotes que capturó en el primer cuarto, el 30-20 con el que finalizó el primer cuarto casi fue bondadoso.
Porque el equipo madrileño falló en defensa de forma clara y ni la zona que ordenó Laso pareció solucionar el problema.
Pero todo cambió en apenas tres minutos, los primeros del segundo acto. Y fue a base de triples. Los que no entraron en un primer momento, entraron todos seguidos, cinco de cinco, con Fabien Causeur, que abrió el grifo, Jaycee Carroll y Sergio Llull como protagonistas.
En un abrir y cerrar de ojos el Madrid se puso por primera vez en el partido por delante en el marcador, 32-34, recuperando la moral, el juego y hasta la defensa.
El CSKA aunque acusó el golpe siguió mantuvo la paridad en el marcador hasta el descanso, ya con Higgins y Nando De Colo más controlados en la anotación.
Los 5 de 6 triples del Madrid en este cuarto fueron el maná que necesitaba el equipo para centrarse, para creer en sus posibilidades y para entrar definitivamente en el partido.
El equipo español consiguió un parcial de 16-27 y se fue al descanso con una mínima victoria, 46-47, pero victoria al fin y al cabo tras una trabajada canasta de Trey Thompkins en el último instante. Todo un golpe moral.
Jaycee Carroll con 3 de 4 triples sembró el terror en la filas moscovitas y Llull, que fue el autor de la mandarina que significó la primera ventaja, con 7 puntos tiró del equipo en los momentos difíciles.
En la reanudación el juego se ralentizó, por la defensa, por la responsabilidad y por los nervios de ambos equipos. Aún así el CSKA consiguió un parcial de 5-0 en los primeros 2,30 minutos que le devolvieron el mando del marcador, 51-47.
Felipe Reyes, el capitán, que no había aparecido en la primera parte, comenzó a hacer su trabajo de zapa bajo los aros y los réditos comenzaron a aparecer, 51-57 (m.26). Con un triple de Causeur.
El CSKA estaba apagándose por momentos y Luka Doncic le echó un jarro de agua fría con un nuevo triple, 51-60. Los rusos corrían menos, saltaban menos, apenas anotaban y su defensa pareció bastante más vulnerable que en los primeros minutos del choque.
Seis minutos para abrir brecha
De hecho en los primeros ocho minutos del cuarto los rusos sólo anotaron 5 puntos. Y admitieron un parcial de 0-13, del 51-47 al 51-60 en casi seis minutos terroríficos para sus intereses.
El 56-63 con el que finalizó el tercer cuarto dejó a los rusos 'tocados' porque en diez minutos no fueron capaces de revertir la situación ni encontrar soluciones a su falta de ideas.
El Madrid encontró una mejor línea de juego, con Doncic más centrado, y pese a que los tiros libres fueron todo un lastre por los continuos fallos, el equipo comenzó a dar muestras de querer y poder clasificarse.
Un 5-0 de salida de los moscovitas hizo que el marcador volviera a estrecharse peligrosamente, 61-64 (m.31), pero otra mandarina de Llull devolvió la calma al Real Madrid, que jugando con cabeza y ritmo alcanzó, tras un triple de Thompkins, otra ventaja esperanzadora, 61-73 (m.32.30).
El balón comenzó a pesar más y cada acción a valer su peso en oro. El Madrid comenzó a moverse en terrenos conocidos, los de la ventaja en los últimos minutos, ante un CSKA obligado a remontar y a arriesgar porque el pase a la final se le estaba escapando de entre los dedos.
Llull frena al CSKA
El 73-76 (m.35.50) fue casi un espejismo, porque Llull clavó otro triple y con un mate de Gustavo Ayón el Madrid restauró ventajas más cómodas, 75-83 a falta de dos minutos y medio.
El CSKA volvió a naufragar en una Final a Cuatro, mientras que el Real Madrid, tras el 83-92, sigue soñando con la Décima. El Fenerbahce de Zeljko Obradovic es ya el único gran obstáculo que tiene por delante para conseguirla.