El equipo andaluz planteó un partido serio y muy práctico que le sirvió para apagar la ilusión de los vizcaínos y de los casi cinco mil aficionados que abarrotaron La Florida, y liquidar con solvencia un cruce que, a pesar de la diferencia de categoría, entrañaba su peligro.
Por su parte, el argentino Ezequiel "Chimy" Ávila, uno de los jugadores más en forma en el fútbol español, ha salvado la continuidad de Osasuna en la Copa del Rey, al menos sin jugar prórroga, con un gol en el último minuto en el campo del Haro, un modesto equipo de Segunda B.
El equipo navarro se veía abocado a la prórroga, como mal menor, ante uno de los equipos más modestos de la Segunda B (recién ascendido y muchos de los jugadores que tenía en Tercera en el campo) pero con una organización defensiva encomiable.