El Palma Futsal ha cruzado los Dolomitas con seguridad y buena cara pero ha perdido lo más valioso durante la travesía. Los dos enfrentamientos ante los grandes reyes del fútbol sala europeo se han saldado con una gran imagen, buenas sensaciones, el respeto del mundo del fútbol sala por competir de tú a tú ante los poderosos pero no se ha podido superar el camino con éxito. Para un equipo cualquiera, el resultado ajustado y la sensación de haber merecido mayor botín ya sería suficiente premio ante dos equipos cuyo presupuesto y calidad se sitúa en otra dimensión inalcanzable para los terrenales pero renunciar a una competición como la Copa del Rey produce tristeza en un equipo que tiene hambre de más.
La Copa del Rey ya es historia y ahora la mirada se centra en los siguientes retos. El Palma Futsal pasa página y trata de aprender de los partidos que exigen el máximo nivel para cuando el futuro depare una nueva oportunidad. Ahora toca retomar el pulso a la liga y posicionarse en las mejores posiciones para ser de los primeros en la carrera de fondo y contar con las mejores opciones para cuando llegue el momento decisivo. Con esta ilusión, el conjunto balear recibe, este viernes (20:30 horas), en el Palau Municipal d´Esports de Son Moix al Gran Canaria. Una victoria sería el mejor relajante, un complemento ideal para paliar la sensación de vacío que se queda tras jugar a un gran nivel pero no recibir nada a cambio. Del sueño se pasa a la realidad, a la obligación de ganar a un rival que ha conseguido una victoria en lo que llevamos de temporada y que también ha quedado apeado de la Copa del Rey. El Palma Futsal tiene a su favor su juego, el alto nivel competitivo que exhibe en cada uno de sus partidos. Defensivamente es un equipo fiable y ofrece una amplia nómina de atacantes en serie, capaz de retar y desafiar a los mejores y llevarlos al límite. Este es el valor de un equipo que se marca como objetivo mantener el nivel como máxima garantía de obtener triunfos. Quedan por corregir los errores puntuales que han resultado decisivos cuando los partidos han sido igualados, un aprendizaje de cara a lo que resta de campaña.
Sobre el papel, el Palma Futsal es el favorito frente al Gran Canaria, por la amplitud de plantilla y porque juega en casa, pero el deporte entiende poco de favoritismos y teorías. Y la mejor prueba es el rival de esta jornada. Es el mejor ejemplo. La pasada temporada complicó la vida a los baleares en los dos partidos. Tanto es así que se salvó en la última jornada con una victoria frente al conjunto mallorquín privándoles de un mejor cruce en los playoff por el título. El Palma fue incapaz de ganar ninguno de los partidos ante un equipo que demuestra que la clasificación hay que verla pero no tenerla en cuenta cuando no es para algo definitivo. Antonio Vadillo cuenta para la cita con toda la plantilla salvo el lesionado Éder.