El deporte no va de mercer, va de ganar. Y cuando el portero rival es el mejor del partido quiere decir que haces muchas cosas bien y que solo falta el golpe final, el gol, lo más importante en el fútbol sala. Y cuando no marcas, te condena. Y da igual todo lo demás. El Palma Futsal lo hizo todo para ganar. Tuvo ocasiones, fue valiente, dominó al Barça pero le faltó acierto. Los palos y Dídac, el porteri rival fue el mejor el partido, evitaron la victoria balear, muy merecida por lo visto en la pista. En cambio, el Barça no perdonó. Ni en el partido, ni en la prórroga, una vez que el Palma consiguió fozar el tiempo extra en los últimos minutos del partido. El miércoles necesitará ganar para no quedar eliminado.
Son Moix se vistió de gana para abrazar la tercera semifinal liguera consecutiva y con la ambición de cambiar la historia y poner la primera piedra para superar una barrera que hasta ahora ha sido infranqueable. El Palma Futsal salió a la pista frente al mejor equipo del mundo con la idea de dominar el encuentro. El crecimiento del equipo en los últimos años es, entre otras cosas, un cambio de mentalidad. Se siente competitivo y capaz de ganar a los grandes, como ha hecho en los últimos años. Salió a dominar, a tener el balón y a jugar en la pista del Barça, a ser protagonista. Y el grande, ahora, cuando visita Son Moix juega a defender y esperar para salir a la contra. Es cambio es sustancial y así fue gran parte de la primera mitad. El Palma fue a por el partido. Comienzo intenso entre dos grandes equipos, con mucho potencial. Los locales salieron con las líneas adelantadas para jugar en el campo rival mientras el Barça trataba de cerrar filas para sellar su portería. Marlon tuvo la primera gran ocasión del partido pero su remate se marchó desviado tras un pase de Raúl Campos. El Barça respondió con un acercamiento que culminó Aicardo con un disparo que tampoco encontró portería. Era día para minimizar riesgos y asegurar tanto en ataque como en defensa porque cualquier error se podía pagar muy caro. Rafa López tuvo una doble oportunidad para abrir el marcador pero entre Dídac y la defensa salvaron las dos acciones de gol. El portero del Barça comenzaba a ser decisivo y no solo bajo palos. El inicio del juego de su equipo se iniciaba en Dídac, que salía del área para forzar al Palma a retroceder a su pista y pasar a atacar de cinco sin cambiar el portero por un jugador. Y la estrategia le salía bien para cortar el ritmo del rival. Tomaz tuvo otra pero el meta del Barcelona volvió a responder con solvencia y firmó una mano extraordinaria en un mano a mano de Lolo en el que casi se cantó el gol y que evitó el meta catalán con una intervención de mucho nivel. El Palma Futsal era mejor y buscaba con más intensidad la portería rival pero fallaba la definición. Y cuando se perdona no es buena noticia. Dídac quiso ser el protagonista del partido y marco el primero. Avanzó con el balón hasta zona de peligro y armó un disparo de media distancia que habría firmado cualquier jugador de campo y que supuso el primero del partido. El gol supuso un golpe moral para los locales, que veían como su esfuerzo no se traducía en un premio pero quedaba mucho partido por delante. Los 1.500 de Son Moix trataban de arengar a los suyos para poner de su parte y buscar el empate antes del descanso. Dídac se mostraba insuperable y era un muro que rechazaba todo lo que llegaba. Y si no era él recibía la ayuda del palo, como en un disparo de Tomaz que pegó en la portería rival y con el balón que salió rechazado paseando por encima de la línea de gol sin llegar a entrar justo antes del descanso.
El resultado no acompañaba pero el equipo estaba jugando a un gran nivel. Solo faltaba la pizca de fortuna que hace falta en todos los partidos de este nivel competitivo. En la segunda mitad, los locales salieron intensificando los ataques y con clara decisión de volcarse en ataque para buscar el empate. Asumió riesgos y mereció el empate. Lolo lanzó el balón por encima de la portería. También lo intentaron Higor y Vilela pero Dídac quería ser el jugador del partido. Y estaba haciendo todo lo necesario. El meta salvó a su equipo con otra mano salvadora en un disparo lejano de Raúl Campos. Siete minutos de la segunda mitad y el Barça no había tirado a puerta. Ni tan si quiera se acercaba. El dominio local era absoluto, los ataques de forma insistente pero el marcador seguía reflejando, de forma injusta, el gol del Barça. Es la ley del deporte, muchas veces no gana quién lo merece si no el que marca. Y el resto poco importa porque lo que vale es el resultado. El Palma Futsal no se desesperó pese a que iban pasando los minutos y siguió con su plan de ataque, asumiendo riesgos pero con la decisión clara de ir a por el partido. El problema es que tanto esfuerzo, sacrificio y méritos no se traducían en el ansiado gol. Otra vez el palo salvó al cuadro azulgrana en un disparo lejano que se estrelló en la madera. Son Moix era una olla a presión pero el balón no quería entrar. Encima el Palma Futsal no podía contar con Tomaz por lesión. Y en una de las contadas ocasiones que tuvo el Barcelona, en una contra, Marcenio marcó el segundo. Jarro de agua fría. Injusticia tremenda. El gol hizo que el Palma apostara por jugar con Diego Nunes como portero-jugador. Y con la decisión llegó el gol. Raúl Campos enganchó un disparo cruzado desde la frontal que sorprendió a Dídac. Quedaban poco más de cinco minutos para, como mínimo, empatar el partido y forzar la prórroga. Y el Palma, como mínimo, merecía el empate. La insistencia tuvo premio y encontró la puntería que no había tenido en todo el partido. Vilela se plantó solo ante Dídac y puso el balón en la escuadra disparando los decibelios de la grada. Son Moix estalló con el empate. Por fin llegaban los goles y se hacía justicia. Incluso el Palma tuvo opciones para ganar el partido en los minutos finales. Vilela enganchó dos disparos lejanos que no encontraron la portería rival aprovechando el juego de cinco de los rivales con Dídac en pista balear. Nunes lo tuvo en su pierna izquierda pero la última ocasión del partido se fue rozando el palo.
Con el empate se llegó a la prórroga en la que el Barça sabía que estaba en una posición difícil con un equipo cargado de moral y con un público entregado a la causa. El rival sacó a Dyego como portero-jugador para evitar que los locales siguieran con su ataque total y lo consiguieron. Ninguno quería cometer errores y la primera mitad de la prórroga se agotó en un abrir y cerrar de ojos. Y encima el Palma Futsal no podía contar con Tomaz por lesión. Los locales apostaron por jugar con Raúl Campos de portero-jugador. Y también el rival. Y la jugada le salió bien al Barça. Aicardo enganchó un disparo de media distancia que sorprendió a Fabio.
FICHA TÉCNICA
– Palma Futsal: Fabio, Tomaz, Lolo, Nunes e Higor. También jugaron Raúl Campos, Vilela, Marlon, Rafa López, Hamza y Claudino.
– Barça: Dídac, Aicardo, Marcenio, Matheus y Ferrao. También jugaron Celho, Ximbinha, Dyego, Esquerdinha, Joselito y Povill.
– Goles: 0-1 Dídac (min. 13); 0-2 Marcenio (min. 31); 1-2 Raúl Campos (min. 34); 2-2 Vilela (min. 37); 2-3 Aicardo (min. 44)