Se acabaron las pruebas y la puesta a punto, el trabajo físico y la fase más tediosa de la temporada. Las sesiones inacabables de gimnasio y el cargar las piernas más de lo normal. Los partidos en los que el resultado es lo de menos. Todo es historia de la pretemporada. De nada sirven los resultados y de mucho el trabajo realizado. Ha llegado el momento de poner en práctica todo lo que hasta ahora se ha ensayado y comenzar a rendir en la pista porque llega el momento de la verdad. El contador se pone a cero y el Palma Futsal se sitúa en la línea de salida para afrontar una carrera de fondo que comienza en una semana y finalizará a las puertas del próximo verano. Una carrera de obstáculos y en la que el conjunto balear vuelve a acaparar muchos de los focos que iluminan la pista tras el brillante resultado con el que acabó el curso pasado y en el que puso en jaque al campeón y al ganador de las cinco ligas anteriores. La experiencia es un grado y el Palma Futsal comienza a acumular un nivel importante para gestionar competiciones del máximo nivel. Sabe que de nada servirá salir rápido si no se aguanta toda la carrera porque lo importante es llegar a la meta en la mejor posición posible y por delante de todos los rivales.
Otro año más el Palma Futsal partirá como uno de los equipos que está llamado a dar espectáculo y a ser un incordio para el poder establecido. La carta de presentación lleva el cuño de la pasada temporada en la que firmó un playoff inmaculado con cinco partidos sin perder frente a Movistar Inter y Barça. Solo dos tandas de penaltis evitaron que el equipo no jugase la final y entrase en Europa esta temporada. Es el espejo en el que el proyecto actual se mira para volver a ser competitivo. No se trata de pensar en los grandes pero sí de sentirse tan competitivos hasta el punto de creerse capaz de ganar a cualquiera si se da el máximo en cada partido. Es lo que busca Antonio Vadillo para esta temporada con un equipo que mantiene su base y que se ha reforzado con tres jugadores de contrastado nivel y experiencia para dar un salto más en busca de saciar el nivel de exigencia que es el gran valor de un club humilde que lleva muchos años destacando por una filosofía de trabajo que le ha hecho crecer hasta niveles impensables hace un lustro. Y ese nivel de exigencia es el que vuelve a hacer que se mire el presente sin pensar en el pasado. Antonio Vadillo y su cuerpo técnico ha trabajado a destajo este verano para preparar a la plantilla para correr una de las mejores carreras de su historia, para asumir otro reto sin miedo a nada ni a nadie pero con el respeto a que sin trabajo ni humildad es imposible recorrer el camino con garantías. Prueba de ello es la pretemporada en la que seis de los siete partidos se han ganado con tan solo una derrota aunque lo importante son las buenas sensaciones que ha transmitido el equipo en la mayoría de encuentros. La maquinaria funciona y ahora ultimará la puesta a punto para iniciar la competición oficial el viernes que viene en el Palau Municipal d’Esports de Son Moix frente al Levante UD FS. Será el punto de partida de un comienzo de calendario muy duro con las visitas a la pista de Movistar Inter y Barça de forma consecutiva. Más que nunca las primeras cinco jornadas pueden marcar el camino y, por ello, el equipo se ha preparado a conciencia. Se acabó el margen de error, las pruebas, los test de nivel. Llega el momento de la verdad.