El futbolista balear estuvo acompañado en su despedida por su familia y muchos compañeros durante su periplo en Gijón. Además le acompañaron Javier Fernández, presidente del Club; Ramón de Santiago y Fernando Losada, miembros del consejo de administración; Javier Rico, director deportivo del Club y Joaquín Alonso, responsable de relaciones institucionales del Club.
Carlos Carmona llegó a Gijón en la temporada 2012/13 y disputó 293 partidos, colocándose en la clasificación histórica del Club en vigésimo primera posición, en los que anotó 43 goles y llegó a ser capitán del equipo. Entre sus logros en el Club está el ascenso a Primera División conseguido en la temporada 2014/15.
El protagonista recibió unos obsequios del Club, que consistieron una gráfica con sus datos, un brazalete firmado por sus compañeros y una exclusiva camiseta diseñada a partir de las diferentes equipaciones que vistió durante su estancia en el Real Sporting. En el momento de la entrega el Presidente de la entidad, recalcó la profesionalidad y honestidad de Carlos Carmona y su figura como ejemplo de sentimiento de pertenencia a un Club a pesar de no ser un jugador de la cantera.
El futbolista quiso compartir una misiva para todos los aficionados, amigos y compañeros que han estado con él durante estos nueve años en Gijón:
"Me resulta muy difícil despedirme del que ha sido mi hogar durante los últimos 9 años. He sido muy feliz en Asturias. Gijón es ya nuestra segunda casa tanto para mí como para mi familia.
Hoy vivo un día especial. Un día triste por tener que decir adiós, pero a la vez añado que este día está cargado de orgullo fruto de tras haber vivido los años más intensos de mi vida como futbolista. Quiero que se me entienda al expresar lo que para mí ha supuesto vestir la camiseta del Real Sporting de Gijón.
Haber formado parte de su historia me resulta algo realmente extraordinario. Añado a ello el inmenso honor de haber podido llevar su brazalete de capitán por los distintos estadios.
Como rojiblanco he vivido momentos inolvidables. Lo fue aquel ascenso de "los guajes", como también lo fue la permanencia la temporada siguiente, aunque también he vivido momentos de profunda tristeza, como los que supusieron tener que despedir a mi querido Quini y al gran Alejo. En el presente, ahora, sólo tengo palabras de arraigado recuerdo y de profundo agradecimiento para todos.
¿Cómo voy a olvidarme de los compañeros de vestuario que he tenido? Han sido hermanos en la alegría y en el sufrimiento, porque de todo hemos tenido. Inolvidables compañeros siempre. Cómo voy a olvidarme de los trabajadores del club, especialmente de los auxiliares del equipo, sin horarios para estar a nuestra disposición donde y cuando hiciera falta. Gracias también a cuantos dirigentes y técnicos he tenido en estos 9 años.
Y la Mareona... Nunca fui a campo alguno donde no hubiera una bufanda, una camiseta, una bandera o un grito de ánimo y aliento. Gracias por vuestro cariño, gracias a vosotros el Sporting es lo que es, pura sensibilidad.
Este futbolista que se va y pone fin a su paso por este extraordinario club quiere daros las gracias y deciros que el Sporting anidará eternamente en mi corazón".