En la primera parte, el conjunto local apenas inquietó a Oblak en dos faltas cercanas al área, resueltas ambas sin peligro real para el Atlético. En cambio, los de Simeone incrementaron poco a poco la presión y finalmente llegó el primer gol. Era el minuto 26 cuando un centro de Koke desde el extremo derecho lo replicó Diego Costa con un cabezazo potentísimo, todo furia, que se incrustó en la red. 0-1 y el Atlético ya había hecho lo más importante.
Antes del descanso pudo llegar el segundo. Primero, a los 30 minutos, en un penalti por manos de Sastre, que se protegía la cara ante un remate de espaldas de João Félix. El árbitro pitó la falta, pero no vio que antes el brillante delantero portugués también había tocado el balón con las manos. Tras la revisión del VAR, el penalti se esfumó. Luego, en el 36, el lateral colombiano Arias lanzó un disparo cruzado que tocó levemente la base del poste antes de irse fuera.
En la segunda parte el Mallorca pudo entrar en el partido pero tuvo muy mala suerte. Apenas arrancada la reanudación una gran jugada de Kubo acabó con el balón pegando dos veces en el palo, con Oblak perdido hasta que le salvó un defensa milagrosamente. Y en cambio el Atlético tuvo toda la fortuna del mundo en el 64, cuando un certero remate de João Félix lo desvió Budimir, el balón realizó una parábola, pegó en el palo... y se metió dentro.
El Mallorca dio entonces entrada a Alegría y Trajkovski como revulsivos, y el Atlético dio descanso a Diego Costa, de cara al derbi del sábado en el Metropolitano. Moreno reservaba a Lago Junior, Budimir y Baba para Vitoria y el Mallorca lo intentó pero sus ataques fueron poco claros y Oblak no tuvo demasiados apuros para guardar la portería a cero.
