Extraña primera mitad en que los dos equipos marcaron sus goles cuando menos los merecían. El Mallorca debía ganar en el primer cuarto de hora de partido y perdía y el Granada en el momento que era mejor vio como el conjunto de Aguirre empataba con tanto de Abdón.
El conjunto bermellón empezó con fuerza el duelo al minuto de juego Pablo Maffeo perdonaba una ocasión de gol clarísima. El lateral se plantaba, dentro del área solo, después de una jugada de inicio fantástica, pero su lanzamiento salía desviado cerca del palo derecho de la portería del Granada. Minutos después, el conjunto local abría el marcador con gol de Miguel Rubio. El central se anticipaba a la defensa bermellona y el balón entraba ante la mirada de Rajkovic.
El partido no desfallecía y el Mallorca pudo empatar de penalti. Toni Lati era agarrado dentro del área rival y el colegiado señalaba la pena máxima. Muriqi era elegido y como sucedió en Las Palmas, el kosovar envió el esférico a la madera. No está teniendo nada de fortuna de cara al gol el referente del Mallorca en ataque.
Ya a pocos minutos del final, y cuando el Granada había perdonado el segundo tanto, Abdón aprovechaba una indecisión en defensa para empatar el partido. Se llegaba al descanso con empate.
El Mallorca no está teniendo los santos de cara y en un lanzamiento desde la frontal que desviaba Valjent, Bryan Zaragoza, en el primer minuto de la segunda mitad, daba ventaja a los locales. Aguirre reaccionaba y daba entrada a Larin y a Samu Costa. El conjunto bermellón no encontraba respuesta y el Granada aumentaba la diferencia con tanto de Uzuni desde los 11 metros. El Granada sí marcó de penalti y el Mallorca no.
La entrada de Amath, de Javi Llabrés y de Jaume Costa otorgó más mordiente ofensiva al Mallorca. Samu Costa recortaba distancia a falta de pocos minutos del final con un lanzamiento desde dentro del área y Larin pudo empatar si no se hubiera encontrado con la buena parada de Raúl Fernández.
El Mallorca recibirá al Athletic Club de Bilbao el próximo domingo con la imperiosa necesidad de sumar un empate o una victoria y marcharse al parón con mejores sensaciones que las actuales.