El encuentro arrancó bajo el guion previsto, con un Girona muy dominador: llegó al 70% de posesión del balón en algunos tramos de la primera mitad, ante un Mallorca reactivo que, cómodo atrás, esperaba sus oportunidades para castigar a los locales con sus transiciones.
Los locales monopolizaban la pelota con largas combinaciones, pero, pese a regresar el 4-1-4-1 con la titularidad de Reinier Jesus, le faltaban velocidad e ideas en tres cuartos de campo para inquietar a Predrag Rajkovic, para encontrar algún agujero en la telaraña visitante.
La primera ocasión clara fue, de hecho, para el cuadro balear, con un remate a la base del palo derecho de Paulo Gazzaniga desde la frontal del área de Antonio Sánchez, novedad en el once por la sanción de Pablo Maffeo, en el minuto 21 después de una concesión defensiva de Bernardo Espinosa.
Fue el único acercamiento con cierto peligro hasta que ya en los últimos minutos del primer acto el Girona se animó y halló la fórmula para comenzar a traducir su dominio, hasta ese momento estéril, en sustos. Primero lo intentó Taty Castellanos, con una volea que se fue por encima del travesaño.
Sería la antesala del 1-0. En el minuto 47+, en una falta desde la izquierda, Viktor Tsygankov envió un balón al área que tras rebotar en Jaume Costa cayó en los pies de Bernardo para que el central colombiano, atento, avanzara al Girona en uno de los primeros remates a portería del cuadro catalán.
Los locales regresaron al césped tras el descanso con la ilusión de sentenciar el partido: nada más comenzar la segunda parte Muriqi, providencial en funciones de central, rechazó un centro de Arnau Martínez antes de que la pelota llegara a Santi Bueno, solo ante la portería.
También antes de la hora de juego Martínez Munuera anuló un gol de Muriqi por fuera de juego tras una larga espera y el joven Ricard Artero, solo un minuto después de relevar a Reinier, acarició el 2-0: un defensa rechazó su vaselina sobre la misma línea de gol, habilitado de tacón por Castellanos.
Javier Aguirre deshizo la defensa de cinco jugadores y su equipo dio un paso adelante. Gazzaniga rechazó un chut abajo de Dani Rodríguez, recién ingresado al césped, pero ya no pudo detener el penalti señalado en el minuto 78 por un agarrón de Bueno sobre Muriqi. Lo transformó el propio Muriqi.
El 1-1 espoleó al Girona, que se volcó para recuperar la iniciativa en el marcador: primero Oriol Romeu obligó a Rajkovic a firmar una gran parada para desviar un duro disparo y después Castellanos ratificó su gran presente al cabecear con potencia un centro de Iván Martín para gritar su sexto gol en tres partidos (min. 84).