Sin Ter Stegen seguramente el Barça habría perdido. Fue el salvador de un equipo con un fútbol plano, que fue de más a menos y que, paradójicamente, tuvo una ocasión en el minuto 93 para llevarse el partido.
Pero es que al equipo de Ernesto Valverde le fallan los automatismos. Su fútbol no está afinado, sufre demasiado y solo se defiende con el balón, pero no intimida.
En la primera parte, los catalanes aguantaron el tipo, pero en la segunda el empuje del Borussia Dortmund permitió a los de Lucien Favre tener unas cuantas ocasiones para llevarse un triunfo que mereció.
Jugaron los dos equipos con red de salida. El Borussia Dortmund fue más fiel a su estilo, con un 4-2-3-1 elástico, buscando siempre la velocidad en las contras y aprovechando las entradas desde segunda línea de Jadon Sancho y Marco Reus.
El Barça basó su juego en ataque en la posesión, en arriesgar casi nada y en desbravar la salida del rival, que empujado por la grada, parecía un equipo inglés en los primeros diez minutos.
Pero poco a poco los de Valverde se fueron sintiendo más cómodos. Ansu Fati era protagonista desde la derecha y se vieron las primeras conexiones entre Antoine Griezmann y Luis Suárez.
Un remate del francés, que salió a córner, y un remate de Piqué a la salida de un córner que no encontró un segundo rematador fueron los primeros avisos del Barça frente a un rival que sufría mucho desde el saque de esquina.
Se hizo con el control el equipo azulgrana antes del primer cuarto de hora, pero tenía más el balón para defenderse que para atacar.
La mejor ocasión del primer tiempo fue una indecisión del Barça y una rápida transición en la que Sancho puso el balón sobre Reus y solo la habilidad de ter Stegen impidió el 1-0 en el 25.
Antes del final del primer tiempo, el Dortmund tuvo dos llegadas, pero sin peligro. Para entonces Jordi Alba se había lesionado, lo sustituyó Sergi Roberto y Semedo pasó a jugar por la izquierda, banda en la que también estaba Ansu Fati.
Con el joven extremo midiéndose a Achraf Hakimi el Barça tuvo más llegada, pero la única aproximación clara fue por medio de un saque de esquina, que Griezmann peinó y no encontró rematador en el segundo palo ante la intervención de Hummels.
En el segundo tiempo, el Dortmund creyó en la victoria y los azulgrana cada vez jugaron más a merced del rival. Fue a remolque el Barça y solo remató una vez a puerta, justo en los primeros minutos del segundo tiempo después de una jugada individual de Luis Suárez (min. 48).
A partir de entonces, fue un monólogo del Dortmund, sin abrumar, pero sin levantar el pie. La jugada del partido se produjo en el minuto 55, cuando Jadon Sancho forzó un penalti innecesario a Semedo.
Tiró Reus, pero paró Ter Stegen. En pleno debate en Alemania sobre si Manu Neuer es mejor o peor que el meta del Barça, el azulgrana dio una exhibición y paró su cuarta pena máxima de las seis que le han lanzado en la Champions.
La entrada a media hora del final de Leo Messi y de Rakitic le dio más registros al Barça, pero el equipo de Favre siguió a lo suyo, con un buen remate de Reus (min. 75), un disparo al travesaño de Brandt (min. 77) y otro remate de Reus a bocajarro salvado por Ter Stegen en el 78.
Hasta ahí llegó el Dortmund. Se estiró al Barça en el último cuarto de hora, tuvo el balón y ya no sufrió más, incluso Messi, en el 94, tuvo el gol en la última jugada del partido. Seguramente la presencia del argentino, en su primer encuentro del curso, fue la mejor noticia de un partido gris para los azulgrana.
