Ninguno de los jugadores colchoneros sacará los pies del tiesto, fieles a la doctrina cholista, ni se proclamarán candidatos a la pelea por el título. Eso lo guardan para el vestuario porque en el verde están demostrando todo lo contrario. Este martes, los de Simeone firmaron otro ejercicio de precisión suiza: puntería en el área contraria y cemento armado en la propia.
El duelo se las prometía. Primero contra tercero. Duelo de aspirantes visto lo visto en la primera vuelta pese a la mala racha de los 'txuri urdines'. El equipo de Imanol Alguacil, exigido por el esfuerzo europeo, acumula seis partidos sin conocer la victoria, pero sigue aupado en puestos de 'Champions' merced a su gran colchón. Este martes apenas dieron guerra al Atleti.
En la primera parte el duelo fue más igual, sobre todo por el empeño de Mikel Merino, el más activo en línea de tres cuartos, pero sin compromisos para Oblak. El esloveno no tuvo intervenciones, aunque tampoco las tuvo Remiro en el bando contrario. Un pase de Carrasco a Luis Suárez, más apagado que ante el Elche, terminó en córner por Zubimendi. Esa fue la mejor para los madrileños...
No hubo mucho donde rascar, eso sí, del mandato realista al control colchonero se pasó en apenas diez minutos. El equipo rojiblanco terminó con más dominio en el acto inicial y comenzó a proponer en el campo contrario. Nada más salir del túnel del vestuarios llegó el primer croché del Atleti, un balón parado que aprovechó Mario Hermoso.
El ex del Espanyol, que se estrenó como goleador colchonero hace dos semanas, hizo lo propio en Liga con un testarazo de mucha autoridad. Remató libre de marca, cómodo, sin el empuje blanquiazul que acostumbra este curso. El centro fue de Carrasco, otro de los mejores del encuentro. El belga se hartó de buscar las cosquillas a la zaga donostiarra.
LLORENTE SUMA Y SIGUE
El gol sentó muy mal a los de Alguacil, que intentaron salir de la cueva sin éxito. La presión del Atleti aumentó y la sentencia se anunciaba con varias internadas por banda. Lo que estaba claro es que el gol de los vascos era difícil que llegase. Marcos Llorente les tumbó por completo pese a su buena fe a cuarto de hora para el final.
El jugador más en forma de los últimos meses fue el más listo en el balcón del área en una acción fabricada por Luis Suárez. El ex del Barça guardó el esférico con su cuerpo y sacó el envío atrás para que Llorente -tras un toque de Barrenetxea- pusiese el 0-2 definitivo y echase el lazo a la victoria.
Este Atleti suma y sigue, con paso firme, sólido en defensa (ha encajado 5 goles en 13 partidos) demostrando su buen momento de forma, que el derbi fue un asterisco en el currículo, y que la condición de favorito se la impone uno aunque vaya contra su voluntad. La clasificación no miente.