El Mallorca tiene la extraña capacidad de hacerme creer que durante 80 minutos no le ganaría ni al Son Oliva, (por citar un club al que aprecio). Y vosotros, aficionados, ponéis vuestro granito de arena para convertirlo en equipo de regional durante esos 80 primeros minutos. Pero el Mallorca consigue un gol , y de manera incomprensible, los últimos 10 minutos, esos 10 minutos, me hace creer que podría ganarle al PSG con ventaja de 4-0 en la ida. Y ahí es cuando empieza el jaleo en la grada y vosotros, os convertís en la mejor afición del mundo, que aprieta, que grita, que lleva al equipo en volandas y que parece capaz de bajar al verde y meter el gol de la victoria. Y ese fenómeno que se ha repetido varias veces esta temporada, es el arreón final. Y yo me pregunto por qué no todos los días son un arreón final.