"A veces he corrido como un pollo sin cabeza, pero pensaba que hacía lo mejor para el equipo. La temporada se nos dio mal desde el principio, perdiendo ante el Reus en el último minuto. Nadie se ha salvado, hemos fracasado y somos los culpables del descenso. No he estado bien durante mucho tiempo de la temporada".

"La llegada de Sergi nos ayudo bastante y creí en la salvación hasta el partido del Numancia en casa. Yo pienso que había equipo, con gente importante con un buen vestuario y entrenábamos muy bien. La sensación era que había miedo y no íbamos para atrás. La psicóloga nos ayudo bastante a superar la presión".

"No tengo palabras malas para ninguna de los tres entrenadores. Es cierto que con Sergi estuvimos mejor. Con Olaizola no estaba tan bien, me relaje o desconecte un poco y me sentí responsable cuando le destituyeron. Estuve cuatro meses sin marcar".