Esa final de Champions de 2002 entre el Real Madrid y el Bayer Leverkusen; sí la del golazo de Zidane, empezó con César como portero titular y en el minuto 67 de partido, cuando el equipo alemán más apretaba para remontar, el guardameta se lesionó. Del banquillo salió Iker Casillas, que sacando dos balones de encima de la línea de gol, dio la Novena al equipo madridista y empezó su consagración como uno de los mejores porteros de la historia del fútbol español. No olvidar que ese mismo verano, el portero de Móstoles iba convocado con la Selección Española para jugar el mundial de Corea y Japón, como portero suplente. El titular era Santiago Cañizares, pero una vez más, una lesión, por la famosa botella de colonia, hacía que Casillas invadiera la titularidad de la portería durante los mejores años del combinado nacional.
Así que ahora piensen otros ejemplos. Salvando las distancias del ejemplo dado, la ‘bendita lesión’ de Joan Sastre; para mí, el mejor jugador del Mallorca la temporada pasada, ha dado la oportunidad de jugar a Fran Gámez; para mí, el mejor jugador de lo que llevamos de temporada y autor de un auténtico golazo en este último partido contra el Lugo.
Por lo que me reitero, entendiendo el matiz, a las ‘benditas lesiones’ que nos descubren a grandes jugadores, como fue Iker Casillas en el Real Madrid o está siendo Fran Gámez en el Mallorca. Incluso, deseo lo mejor a Xisco Campos, pero espero que descubramos a un Martin Valjent o a un Franco Russo capaces de quitarle la titularidad, y con ello, mejorar el equipo.
