Sant Llorenç des Cardassar: agua, barro y mucha desolación

Un paisaje desolador con calles inundadas de barro y llenas de muebles, objetos y automóviles volcados es lo que me he encontrado al llegar a Sant Llorenç des Cardassar.

Numerosos vecinos y voluntarios se han calzado las botas de agua y puesto los guantes para sacar el barro que había inundado los aparcamientos y las plantas bajas de la mayoría de las casas del municipio.

Se respiraba un ambiente desgarrador de lágrimas, sudor, nerviosismo, desesperación: tal vez, lo peor que he visto en mi vida. Tan solo grúas y tractores circulaban por las calles llorencines arrastrando los montones de escombros para cargarlos en camiones.

Una estampa propia de una película de ciencia ficción, pero en este caso, no era ficción; era real, muy real. Zonas donde el barro aún llega a las rodillas y marcas del agua en la pared que indicaban que llegó a cubrir dos metros de altura. Espeluznante.