El Govern reconoce que en sus centros de salud se prescribe a ancianos medicación "negativa"

Un total de doce centros de salud de Mallorca han revisado la medicación de 1.048 personas mayores para "mejorar resultados y medicaciones", en el marco del programa de atención a los pacientes polimedicados de actuación preferente centrado en personas de más de 75 años que toman más de diez medicamentos.
El propio Govern, en una nota de premsa difundida este martes, ha indicado que “más de un tercio de los casos urgentes en los centros de atención primaria presenta un resultado negativo asociado a la medicación” y más del 70 por ciento de los acontecimientos adversos se podrían prevenir.
Asimismo, el Servicio de Salud (Ib Salut) señala que se pretende "reducir los efectos adversos de la medicación".
Tras estudiar los casos, se han realizado propuestas de mejora de tratamiento a 1.015 pacientes entre los meses de mayo de 2016 y de 2017.
Los responsables del programa han destacado que la atención a los pacientes con alguna enfermedad crónica y la polimedicación son "dos de los grandes retos para mejorar la asistencia sanitaria".
Además, entre las posibles consecuencias adversas de la polimedicación, han destacado "la falta de eficacia terapéutica o preventiva, las interacciones entre medicamentos o el incremento del número de ingresos hospitalarios", entre otras.
La revisión sistemática de la medicación es un examen estructurado de los medicamentos que toma cada paciente con el objetivo final de conseguir que los beneficios en su salud sean los máximos que se pueden esperar.
En este sentido, el Ib Salut ha indicado que el trabajo en equipo permite "adecuar los tratamientos farmacológicos a cada paciente" teniendo en cuenta sus enfermedades y el momento de la evolución en que se encuentran o su esperanza de vida y sus preferencias.
Se trata de un proyecto en el que cada integrante del microequipo tiene unas funciones orientadas a revisar el tratamiento farmacológico de cada paciente.
El farmacéutico inicia el circuito revisando y adecuando la medicación, a continuación la enfermera revisa el cumplimiento del tratamiento y la información que el paciente tiene sobre este.
La propuesta del farmacéutico y la información recogida por la enfermera quedan escritas en el informe del paciente polimedicado que se adjunta a su historial clínico para que el médico de familia lo cite y así actualizar el tratamiento. Finalmente, el médico de familia es quien toma la decisión de aplicar los cambios oportunos.