La buena temporada turística permite a los restauradores mitigar los elevados costes energéticos
Con las facturas de la luz y el gas disparadas, los restauradores se aferran a la buena temporada turística para mitigar los costes energéticos. A pesar de todo, algunos establecimientos se han visto obligados a subir precios e, incluso, a modificar sus cartas.
El sector de la restauración se beneficia de los buenos datos en la llegada de turistas a nuestra comunidad. Con las calles llenas y las terrazas de muchos bares con el cartel de completo, los restauradores aprovechan el momento tras dos años muy complicados.
"La Semana Santa ha ido muy bien, mejor de lo que esperábamos. Ha pasado lo mismo en verano. Estábamos pendiente de que hubiera cancelaciones por lo de la guerra en Ucrania y no esperábamos que viniera tanta gente", ha señalado Alfonso Robledo, Presidente de CAEB Restauración
A pesar de todo, el sector no se escapa a la subida de costes energéticos que afecta a toda la ciudadanía. Una situación que cada establecimiento afronta de manera individualizada para trata de minimizar costes.
"Hay quien ha subido el precio un 10%, no ha subido más. Y eso que a nosotros la factura energética nos ha subido mucho más, pero no podemos subir más los precios", ha indicado el propio Robledo, quien reconoce que algunos establecimientos han cambiado algunos de los productos de su carta. "El aceite ha subido una barbaridad, así como el precio de la luz, por lo que algunos han optado por reducir el uso de la freidora", puntualiza Robledo.
En un momento donde cada cubierto cuenta, las reservas que no se presentan continúan siendo un problema para los restauradores. Una práctica que se disparó a raíz de la pandemia y ante la que los restauradores advierten que tendrán que tomar medidas.
"No avisan, y eso para nosotros es un problemón", se queja Robledo, quien a continuación señala que "no nos va quedar más remedio que hacer lo que se hace en las grandes ciudades: al hacer una reserva, tendremos que pedir un número de tarjeta. No es que se le vaya a cobrar nada por adelantado, pero si no vienen, pues sí que se les hará un cargo".
Una medida disuasoria que permita minimizar costes en un momento donde la recuperación económica choca de frente con la inflación.