¿De dónde viene el fútbol?
Hay que remontarse a la China de la dinastía Han, hace 2.200 años, para encontrar la evidencia más antigua de este deporte de masas, el fútbol.
Se trata del ts'uh kúh, que significa dar patadas a un balón de cuero. El juego, que se practicaba con las manos y los pies de una forma más o menos violenta, nació como un método de adiestramiento militar en el que los espectadores hacían grandes apuestas. Al finalizar, el capitán del equipo derrotado era castigado y flagelado en público.
El ts'uh kúh pasó a Japón (más de 500 años después), en la era medieval como un juego cortesano bautizado como kemari. En este nuevo deporte, la habilidad sustituyó a la fuerza bruta que caracterizaba a los jugadores chinos. Príncipes y cortesanos se reunían en un patio que hacía de campo de juego para jugar con una pelota confeccionada con piel de cerdo o de ciervo.
Mucho más animado era el "Harpastum" romano, en el que tenían un balón más pequeño y dos equipos jugaban en un terreno rectangular, limitado con líneas de marcación y dividido con una línea media. El objetivo era enviar el balón al campo del oponente, para lo cual se lo pasaban entre ellos, apelando a la astucia para lograrlo. Este deporte fue muy popular entre los años 700 y 800, y si bien los romanos lo introdujeron en Gran Bretaña, el uso del pie era tan infrecuente que su ascendencia en el fútbol es relativa.
La historia moderna del fútbol abarca más de 100 años de existencia. Comenzó en el 1863, cuando en Inglaterra se separaron los caminos del rugby-football (rugby) y del association football (fútbol), cuando se fundó la asociación más antigua del mundo: la Football Association (Asociación de Fútbol de Inglaterra), el primer órgano gubernativo del deporte.
Ambos tipos de juego tiene la misma raíz y un árbol genealógico de muy vasta ramificación. Una profunda y minuciosa investigación ha dado con una media docena de diferentes juegos en los cuales hay aspectos que remiten el origen y desarrollo histórico del fútbol. Evidentemente, a pesar de las deducciones que se hagan, dos cosas son claras: primero, que el balón se jugaba con el pie desde hacía miles de años y, segundo, que no existe ningún motivo para considerar el juego con el pie como una forma secundaria degenerada del juego "natural" con la mano.
Todo lo contrario: aparte de la necesidad de tener que luchar con todo el cuerpo por el balón en un gran tumulto (empleando también las piernas y los pies), generalmente sin reglas, parece que, desde sus comienzos, se consideraba esta actividad como extremamente difícil y, por lo tanto, dominar el balón con el pie generaba admiración.