El requisito del catalán genera "presión y angustia" a aquel trabajador que no tiene el B-2
20 de diciembre de 2017 (18:14 h.)
Romina A. Vezzosi es una técnica de laboratorio del Hospital de Can Misses (Eivissa) procedente de Argentina, que se sacó el B-1 de catalán al llegar para "integrarse".
Aún así, a Romina "no le parece bien que pongan el B-2 como requisito", ya que considera que genera una "angustia y más presión" para aquel trabajador sanitario que no ha podido apuntarse a los cursos de formación o los que aún no tienen la titulación exigida.
Asimismo, la técnica de laboratorio piensa que el B-1 es más que suficiente, además tiene "una profesión en la que no habla con los pacientes" y entiende todo lo que su trabajo le olvida a entender. "Es un filtro para que no venga gente de fuera de les Illes" explica Romina.