Tras el hundimiento debe haber una revolución total
Quedan dos partidos para finalizar el campeonato de Liga y como ustedes ya sabrán las posibilidades del Real Mallorca para poder mantenerse en la categoría de Plata del fútbol Español se han desvanecido.
Lo que nunca imaginábamos está a punto de convertirse en realidad dentro de dos semanas, o si me apuran dentro de una. Todo a tenor de los resultados que puedan producirse.
En los últimos años nos ha tocado vivir la mediocridad de la política balear, basta con ojear el Parlament y el Ayuntamiento de Palma, y ahora le ha tocado también al Real Mallorca. En este club centenario no se ha podido gestionar todo peor y a las pruebas me remito. En dos años fracaso económico, problema de los accionistas y en capitulo deportivo, al que sí interesa a los aficionados, dos años consecutivos jugando con el descenso. Todo esto te demuestra que algo se ha hecho mal.
Pero lo peor de toda esta historia es que, quienes lo hacen mal y no tienen ni “puñetera” idea de dirigir un club de fútbol, creen que son buenos, los mejores, y encima lo hacen todo bien.
El Real Mallorca después de 36 años dejará el fútbol profesional y vivirá en el pozo de la Segunda B. Pero para nosotros esto no es lo dramático. Lo peor es ver como hoy por hoy, no se tiene un plan B para encarar el descenso porque aún se cree que nos vamos a salvar por el nombre de la entidad.
No dudo, que si al frente del club hubieran otras personas que han pasado por esta entidad sabrían que hacer y nos podríamos salvar, pero estos “pipiolos” no saben qué pie calzan y por donde caminar.
El Real Mallorca necesita una restructuración total, pase lo que pase, porque de no ser así, el futuro de la entidad estará en peligro.
Los americanos dicen que van a continuar pero no crean ustedes que estarán años y años por amor al arte. Lo que persiguen lo desconozco, pero ya verán ustedes que tarde o temprano lo veremos.
Ahora tan sólo nos resta esperar y ver como se desenvuelve el equipo en estas dos últimas jornadas, y a partir de ahí que empiece la revolución total.
El descenso lo único bueno que puede tener es que debe servir para empezar de cero, cambiar caras y crear un nuevo Real Mallorca. La categoría B puede llegar a ser interesante en nuestra isla, pero será el tiempo quién nos lo dirá.